domingo, 31 de enero de 2010

SOCIEDADES CIENTÍFICAS COMO FUENTE DE INFORMACIÓN

Datos del Autor: Armando Ortiz Pommier Médico Neurocirujano – Magíster en Bioética Centro de Bioética Facultad de Medicina Clínica Alemana – Universidad del Desarrollo Académico Departamento de Bioética y Humanidades Médicas Universidad de Chile Para comprender la necesidad de nuevas formas de comunicación entre profesionales e instituciones de salud con sus pacientes y usuarios, debemos conocer los cambios acaecidos en salud. Podríamos citar como principales cambios acaecidos en salud y que están en parmanente y acelerada evolución los siguientes: * Una población con tendencia al envejecimiento * Sustitución de enfermedades infecciosas por crónicas y degenerativas y aparición de otras (Sida) * Enorme auge de avances tecnológicos aplicados a la medicina. * Cambios en la forma de prestar los servicios de salud (Reforma de salud) * Posición del ciudadano-paciente y sus valores morales, éticos y culturales * Cambios en la información de los aspectos relacionados con la salud, con una expansión enorme de los medios y el recurso de nuevas tecnologías. Los avances del campo de la salud y el enorme caudal de información, hacen imposible abarcar su contenido. Hoy a un profesional no le es posible estar al día en su propia disciplina. Es por ello que el conocimiento científico, incluso en personas dedicadas, es siempre fragmentario. En la comunicación se ha recorrido un largo camino, desde la comunicación personal entre científicos, pasando por las academias, y finalmente por las sociedades científicas, las que a través de congresos, reuniones y revistas científicas difunden el avance del conocimiento. El cambio de la posición de los ciudadanos respecto a la salud. Hasta hace poco, los conocedores de la salud individual eran los médicos. Tenían la potestad de aplicar esos conocimientos al individuo enfermo, sin razonar, justificar, o explicar la utilidad o necesidad del gesto diagnóstico o terapéutico. El médico tenía el «privilegio terapéutico» (la aplicación de medidas al paciente sin necesidad de obtener su consentimiento cuando éstas, a su juicio, eran necesarias para el buen desenlace de la enfermedad). Hoy día, la información al paciente y la obtención de su consentimiento es obligada. La potestad del médico se traduce en un deber para él mismo y, por tanto, en un derecho para el paciente, y sólo en situaciones especiales reguladas por ley podrá prescindir del consentimiento. Cambio que se ve con recelo por parte de los profesionales, ha tomando cuerpo de buena práctica clínica. Hay que entender que la esencia de la libertad, individual y colectiva, está en la información necesaria como requisito previo para ser capaz de forjar una opinión personal (que puede haber tantas como individuos), y también pública. Se ha caído en cuenta de la necesidad de que los ciudadanos posean una adecuada información para que puedan expresar sus opciones. Esto nos lleva a entender la trascendencia de hacer llegar a los profesionales de la salud y a los medios de comunicación la importancia capital y responsabilidad de la comunicación en este campo. La información de la salud y los medios de comunicación. El explosivo incremento del número de medios y de sistemas de comunicación desde la radio, la televisión, hasta el actual mundo de internet, nos lleva a considerar que el objetivo de informar a los ciudadanos es ahora más fácil que nunca. Por ello, la información de aspectos relacionados con la salud forma parte de las noticias que aparecen en los medios. Así vemos que dedican, cada vez más, una parte de sus espacios a temas relacionados con salud, abarcando desde cuestiones generales de prevención y consejo hasta comentar los últimos avances que se producen en diagnóstico y tratamiento. Esta información, en muchas ocasiones, se ve desvirtuada. La espectacularidad con que tratan las noticias científicas o la búsqueda de titulares, que pretenden no sólo sintetizar sino tener un carácter provocador y más atractivo periodísticamente, suscita percepciones en los ciudadanos que no se ajustan a la realidad. A esta devaluación contribuyen, noticias que se amparan en espacios de ciencia médica que buscan la promoción, no adecuada o incluso fraudulenta, de determinados productos. Por último, citar el incremento de debates en relación con la salud, desde los relacionados con aspectos éticos (eutanasia o clonación, como ejemplos recientes), con aspectos de política sanitaria (Reforma Auge) o en relación con determinados fármacos (píldora del día después). La forma de tratar los temas en la prensa ha ido incorporando una metodología que lleva a utilizar, dentro de las áreas de información general, los ribetes de la espectacularidad. El conocer cómo las noticias sobre la salud llegan a los ciudadanos es de importancia a la hora de diseñar políticas encaminadas a su mejora. Desde nuestro objetivo interesaría conocer cómo llega la información a los medios. Sería importante establecer si el origen de la información publicada en la prensa cita la fuente de información, y si el análisis que se hace sobre las fuentes, corresponde a expertos, instituciones, publicaciones, o agencias de prensa. Entre las instituciones, donde encontramos agrupadas la sociedades científicas, nos parece que éstas no aparecen entre las primeras fuentes citadas y más bien son ocasionales. Asimismo, no aparecen las revistas científicas internacionales o locales. Es probable que si se realizara un trabajo que evaluara estos aspectos, podría verse que la participación de sociedades y de revistas científicas como fuente de información a los medios, es muy escasa. Al mismo tiempo, hay una tendencia a respetar y considerar seria y responsable cualquier información proveniente de una sociedad científica, esa confianza no sólo creemos que hay que resguardarla sino potenciarla, haciéndose cargo de la responsabilidad indelegable para la construcción de un futuro deseable: en el que la información sobre temas de salud, sea de calidad, veraz y sobretodo con el respaldo de los organismos que doten a ella de responsabilidad y credibilidad. Una deducción consecuente de lo expuesto es que las sociedades científicas en el país debieran abrirse a toda la población para poder intervenir en la formación de una adecuada opinión pública en lo que concierne a la ciencia biomédica. Debiéramos, por tanto, desarrollar estrategias para comunicarnos con los ciudadanos através de los medios. No se debe ocultar que este nuevo horizonte no será fácil, pues requiere cambiar algunos aspectos y parte de nuestras organizaciones. Es necesario, por los cambios sociales que hemos señalado y los datos presuntos que se dispone sobre la pobreza de conexión entre las sociedades científicas, medios de comunicación y ciudadanos anteriormente señalada, que estas entidades realicen un nuevo enfoque comunicativo, que llegue a toda la población desinformada o mal informada. Para poder trazar una perfecta política de comunicación debemos distinguir qué somos y qué perseguimos como sociedad científica. Ahí está nuestra invitación a plantearnos algunos fines más que medios. Tratamos de mostrar la necesidad que tienen las organizaciones científicas, de pensar y actuar de forma diferente en el campo de la información a los ciudadanos. Nos encontramos en un momento de acelerados avances médicos, de cambios culturales con respecto a la salud y de ruptura de las formas tradicionales de la relación médica con los pacientes, todo ello inmerso en los avances tecnológicos de la información, en plena revolución multimedia. Se trata de construir nuevas puertas de acceso a la información personal y a la formación de la opinión publica en el área de la salud en donde las sociedades científicas médicas tienen la responsabilidad de actuar como fuentes de información objetiva. Un futuro posible, podrá existir en la medida que nos hagamos cargo de construirlo. Y eso creemos, que no podemos ni debemos delegarlo a nadie. Este artículo proviene de bioetica & debat http://www.bioetica-debat.org La URL para este Artículo es: http://www.bioetica-debat.org/article.php?storyid=101

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