FUENTE: NACIÓN & SALUD
La Superintendencia de Servicios de Salud pretende que el Congreso revea la canasta de prestaciones y medicamentos que deben cubrir las obras sociales, las prepagas y el Estado.
La Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) enviará en las próximas semanas un proyecto de ley al Congreso de la Nación para que modifique algunos aspectos referidos al Programa Médico Obligatorio (PMO), una canasta básica de prestaciones y medicamentos que deben cubrir las obras sociales, prepagas y también el propio Estado.
Estos cambios están referidos a los plazos de actualización del programa, el convenio de los costos entre todos los actores del sistema de salud, sumado a la regionalización del PMO, de acuerdo con las características de la población y sus enfermedades prevalentes.
La renovación de las prestaciones y medicamentos que son incluidos en el PMO, desde que fue implementado en 1996, es realizada anualmente, pero la intención del titular de la SSS, Ricardo Bellagio, es actualizar sus contenidos cada seis meses, utilizando bases médicas probadas científicamente.
La idea persigue, por un lado, disminuir la cantidad de amparos presentados ante la Justicia para que las prestadoras financien cosas por fuera del PMO, hecho que según Bellagio distorsiona el sistema, incrementando el gasto en salud: “Nuestra obligación es evaluar las nuevas tecnologías para conocer si realmente ese tratamiento arroja mejores resultados, pero en base a información de parte de las sociedades científicas”.
Regionalizar el PMO
Las necesidades de cobertura médica no son iguales en Buenos Aires que en Jujuy, por las características poblacionales. Por ejemplo, en el norte del país preocupan los casos de dengue y chagas, mientras que en la provincia porteña es más necesario atender el cáncer de cuello uterino, solo por tomar algunos de los aspectos que marcan las diferencias.
Para unificarlos, explicó Bellagio, “estamos trabajando en la regionalización mediante un pool de contrataciones; si bien seguirá existiendo una base común para todo el país, no será igual para cada provincia, sobre todo en la atención primaria”.
De la mano de la regionalización del PMO aparece un sistema nacional de obras sociales. El propósito es que las obras sociales tengan fuerza para contratar a los prestadores.
La explicación es sencilla: no es lo mismo contratar un sanatorio o especialista teniendo 10 beneficiarios que teniendo 50 mil. Por eso, la unión de las obras sociales que trabajan en diferentes provincias dará fuerza para contratar per cápita en lugar de pagar por acto médico, “evitando que sea perjudicada la estructura de costos de estas pequeñas obras sociales”, justificó Bellagio. Permitirá negociar los costos, teniendo un efecto sobre el resto de los protagonistas del sistema sanitario, las prepagas y el hospital público.
Carina Pérez - cperez@diariouno.net.ar
Fuente: Diario UNO
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