lunes, 18 de marzo de 2013

INFECCIONES HOSPITALARIAS: SE COBRAN MÁS VIDAS QUE EL TRÁNSITO EN EL PAÍS

Fuente: miradaprofesional.com
Tras toda una vida de excesos, no fueron las drogas y el alcohol lo que causó hace unos días la muerte del “Facha” Martel, sino un germen hospitalario que contrajo mientras era atendido por una complicación renal. Y aunque muchos vieron en este final una extraña ironía del destino, se trató más bien de un desenlace que está dentro de las posibilidades (nada despreciables) que enfrenta cualquier persona que deba internarse en Argentina hoy.


Ya sea por una extracción de apéndice o una asistencia respiratoria, uno de cada diez pacientes que ingresan a un hospital en nuestro país termina contrayendo hoy una infección asociada a los cuidados que recibe, o más bien a la falta de ellos. Y esa complicación no sólo le agrega días de camas y miles de pesos a su cuenta de gastos, sino que también lo lleva a enfrentar un riesgo de secuelas y de muerte hasta tres veces mayor.

Si bien no se dispone de datos oficiales que den cuenta de la cantidad de personas muertas cada año por infecciones hospitalaria en nuestro país, los responsables de Validar, un proyecto respaldado por diversos establecimientos de salud a nivel nacional, aseguran que serían alrededor de 17 mil, y las proyecciones más optimistas calculan que en el mejor de los escenarios no bajarían de 7 mil.

Pese a que tal cantidad de muertes supera por lejos las originadas en accidentes de tránsito (el año pasado fueron 7.485), la amenaza no parece encontrar políticas para combatirla que estén a su medida. Sucede que a diferencia de lo que ocurre en Chile o Brasil, en Argentina los hospitales no suelen reportar las infecciones internas ni están obligados a acreditar tampoco protocolos de seguridad que contribuyan a evitarlas.

En este contexto, los hospitales que aplican programas de control constituyen más bien una excepción. Apenas un 20% de los 3.196 establecimientos sanitarios que funcionan en nuestro país tiene un comité de infecciones (es decir un equipo profesional dedicado a combatirlas) y sólo unos 200 de ellos cuentan con acreditaciones de calidad.

Pero lo cierto es que además de las miles de vidas que cuestan al año, las infecciones hospitalarias generan una sobrecarga superior a los 200 millones de pesos anuales sobre nuestro sistema de salud. Se trata en cualquier caso de un costo altísimo para un problema que podría resolverse en gran parte adoptando simples medidas de higiene como lavarse las manos, utilizar insumos estériles y cuidar la asepsia que exige cada procedimiento.

COMO SE PRODUCEN

Aunque constituyen una amenaza en todos los hospitales del mundo, las infecciones hospitalarias (aquellas que surgen como resultado de procedimientos médicos) están directamente relacionadas con la calidad de servicio de cada hospital; pero también con la complejidad de los cuidados que brindan. De ahí que si bien estos eventos adversos pueden producirse hasta en un consultorio, la realidad es que generalmente ocurren en las unidades de cuidados intensivos, los quirófanos y las salas de internación.

“Los episodios más frecuentes corresponden en general a procedimientos invasivos. Tal es el caso de las infecciones urinarias, causadas casi en su totalidad por la sonda vesical que se le coloca a los pacientes cuando van a quirófano, y las infecciones del torrente sanguíneo, que suelen producirse cuando es necesario introducir un catéter vascular para administrar medicación”, explica el doctor Enrique Mules, infectólogo del Hospital Español y docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP.

No menos frecuentes son las “las neumonías adquiridas por el uso de nebulizadores o equipos de asistencia respiratoria mal esterilizados, los que funcionan como vehículos de gérmenes”, y “las infecciones de sitio quirúrgico, aquellas que derivan de no respetar las condiciones básicas de seguridad dentro del quirófano, como higienizar al paciente, cortarle el vello al ras o cumplir con la profilaxis antibiótica, entre otras”, detalla el médico.

Cualquiera sea el caso, “la higiene de las manos es fundamental -señala Mules-. Sólo este cuidado reduce el riesgo de infecciones en cerca de un 80%”. Aún así, “menos de un 20% del personal sanitario se lava las manos antes de tocar a los pacientes si el centro médico donde trabaja no aplica un programa de control”, advierte un estudio realizado por el Consorcio Internacional de Infecciones Nosocomiales en nuestro país.

“Todavía son muy pocos los hospitales que aplican medidas en serio para controlar este problema. Para darse una idea: apenas el 20% de los más de 19 mil establecimientos de salud que existen en el país tiene un comité de infecciones y no pasan de 200 los que están acreditados”, sostiene el doctor José María Paganini, presidente del Centro Especializado en Normativa y Acreditaciones en Salud

“Al no estar obligados, la inmensa mayoría de los hospitales en Argentina no lleva siquiera registro del fenómeno”, asegura Paganini, quien recomienda que “si el hospital donde uno va a operarse no sabe decirle cuántas infecciones tuvo el mes anterior, lo mejor que puede hacer es irse a otro lado porque eso habla a las claras de su nivel de desinterés y desorganización”.

CUESTION DE ORGANIZACION

Miembro académico de la Academia Nacional de Medicina y autor de un proyecto que se presentó a fines del año pasado en el Congreso de la Nación para reducir el impacto de las infecciones hospitalarias en Argentina, el doctor José María Paganini sostiene que la lucha contra esta problemática no requiere tanto dinero como organización, ya que “los recursos económicos para hacerle frente surgen de evitar su impacto”.

Sucede que además de extender los plazos de internación, las infecciones hospitalarias exigen la utilización de antibióticos especiales de muy alto casto. Al medir ese impacto, un estudio realizado por el Consorcio Internacional de Infecciones Nosocomiales puso en evidencia que las infecciones hospitalarias implican en nuestro país un costo adicional de 2.225 dólares y nueve días extra de internación en promedio.

Por eso, “si se tiene en cuenta que alrededor del 10% de los pacientes contrae hoy una infección al ser internado, y que cada infección cuesta en promedio unos 2 mil dólares adicionales en gastos sanitarios, el sobrecosto para un hospital de cien camas y 5 mil egresos anuales alcanza al final del año al millón de dólares. Ese es el precio que muchos hospitales pagan hoy por no tomar medidas de control, además de las muertes que provocan”, comenta el doctor Mules.

Una encuesta realizada por el programa Validar en 107 hospitales y centros de salud públicos y privados a lo largo de un año confirma la observación del médico. El trabajo muestra que si se contara con un programa activo de control, cada cien hospitales podrían evitarse 530 muertes al año y 3 mil episodios infecciosos, lo que equivale a un ahorro de 7 millones de pesos.

Es frente a este panorama que Paganini asegura que “en Argentina hay muchísimo por hacer” y que “el mayor problema que enfrentamos es que no se toma consciencia de la amenaza”. “Se habla mucho de las muertes por accidentes de tránsito pero nadie dice nada de los miles de pacientes que mueren cada año por una infección al internarse en un hospital”, comenta el médico no sin cierta desazón.

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