martes, 8 de abril de 2014

EL OCASO DE LOS ÍCONOS MÉDICOS

Fuente: www.edicionesmedicas.com.ar

Publicado el 04.04.2014.
El ocaso de los iconos médicos.
Más tarde o más temprano, el fonendoscopio y la bata dejarán de ser habituales en consultas, hospitales y en películas y series de la televisión.
Un médico, con la característica bata y el fonendoscopio en la mano. Alberto Cuéllar.
Autora José Luis de la Serna.
Fuente Diario El Mundo, España.
Los tiempos cambian siempre buena parte de las costumbres que durante muchas décadas han estado inmutables. La medicina es una de las profesiones más representativas del cambio permanente. Dogmas que parecía que nadie cuestionaría, técnicas longevas y seguras, diagnósticos aparentemente precisos, consejos sobre dieta y hábitos de vida, tratamientos formidables que podrían quedarse para siempre... todos superados por la permanente innovación y los avances que se han ido consiguiendo en el conocimiento de la biomedicina.


Quizá lo que aún permanece en la práctica médica sin mucha variación han sido dos iconos con los que la sociedad identifica la figura del médico y la de muchos otros profesionales sanitarios: el fonendoscopio y la bata. Dos objetos que ahora están en el ocaso y que más tarde o más temprano dejarán de ser habituales en consultas, hospitales y en películas y series de la televisión.
De momento es raro encontrar a un profesional médico sin su fonendoscopio colgado al cuello, cuando no enroscado en el bolsillo de la bata. Hace 30 o 40 años era un instrumento común en los cardiólogos y en los especialistas de medicina interna. Infrecuente en muchas otras especialidades porque, independientemente de que no eran útiles para su cometido, auscultar con finura es bastante difícil. Hace falta haber oído muchos corazones con patologías claras y haber estado asesorado por cardiólogos entrenados para poder interpretar con certeza los varios tonos que puede tener el corazón o intuir las características de un soplo sistólico o diastólico. El fonendo es muy útil para todos si se quiere escuchar como ventilan los pulmones o si hay ruidos abdominales. Pero para saber qué pasa en el corazón hay ahora instrumentos mejores.
El ecógrafo de bolsillo ya está en el mercado y muchas voces autorizadas pronostican que será lo habitual en la práctica médica dentro de poco tiempo. Hace un par de semanas el New England Journal of Medicine publicó un artículo defendiendo su progresiva generalización. Abogaba para que estuviera en manos de los médicos de atención primaria y para que las facultades de medicina enseñaran a sus alumnos a manejarlo bien. Su uso frente a lo cotidiano no es difícil. Antes de lo que imaginamos el instrumento consistirá en una terminal (algo así como un puro o un rotulador gordo) que se aplicará a la región que hay que examinar. Las imágenes que se consigan se transmitirán (vía wifi o bluetooth) a la pantalla del teléfono inteligente que todos los profesionales llevarán en el bolsillo. O a una Google Glass o similar. La calidad de aquellas irá mejorando progresivamente y permitirá descartar muchas patologías cardiacas comunes y algunas abdominales. Se podrá también discriminar entre los pacientes que deben realizarse un estudio ecográfico de más profundidad y calidad y entre los que no es necesario que lo lleven a cabo. Disminuirán las listas de espera. El fonendo no será necesario.
El otro icono que está amenazado es la bata. Hay un par de razones que sustentan su declive. Quizá la más importante es que la bata es un excelente reservorio de bacterias y gérmenes. La bata y el fonendo son dos fuentes muy claras que pueden contaminar a los pacientes. Se ha demostrado. Muchos de los enfermos que, inmunodeprimidos por su patología de base, se infectan durante su estancia hospitalaria han sido contaminados por microorganismos presentes en el uniforme, el fonendo o las manos de los profesionales.
La segunda razón por la que la tradicional bata blanca quizá deje de ser la forma de vestir del sanitario es que supone una barrera psicológica entre médico y paciente. Ahora que la medicina paternalista está muy cuestionada y que se está pidiendo al enfermo y su entorno participación activa para consolidar el concepto de paciente comprometido es cuando más falta hace eliminar cualquier obstáculo que dificulte el armonizar una relación distinta en el mundo de la enfermedad y la salud en la que hay que dar protagonismo a muchos más actores. Fonendo, bata, corbata... pronto serán pasado en medicina.
Enlaces relacionados
Ediciones Médicas.
Ediciones Médicas.
Fuente
Diario El Mundo, España.
Fotografía
Imagen: Alberto Cuellar | El Mundo.

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