jueves, 24 de junio de 2010

XII CONFERENCIA IBEROAMERICANA DE MINISTROS DE SALUD


“La integración entre Salud y Educación es uno de los motores fundamentales del desarrollo de esta década”

Así lo afirmó la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Mirta Roses, durante su exposición en la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Salud. Destacó la importancia que tiene la educación como determinante de la salud y la relación que existe entre salud, desarrollo cognitivo y desempeño escolar.

La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Mirta Roses, sostuvo que “la integración entre salud y educación es uno de los motores fundamentales del desarrollo de esta década”, durante su exposición en la XII Conferencia Iberoamericana de Ministros de Salud, que tuvo lugar hasta el 11 de junio en Buenos Aires, Argentina.

En el encuentro, del que participaron ministras y ministros de Salud y representantes de 19 países de América, además de España y Portugal, Roses destacó el rol que juega la educación como determinante de la salud y la relación que existe entre salud y desempeño escolar.

“La salud tiene una relación importante en los resultados educativos, sobre todo en el desarrollo cognitivo, intelectual y la capacidad de aprendizaje”, indicó. Según la médica, la anemia, la deficiencia de hierro y el bajo nivel de ingresos de una familia son factores correlacionados que requieren de políticas integradas para su abordaje.

La directora de la oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó estudios que evidencian que el nivel educativo de la madre tiene ingerencia en la desnutrición crónica de sus chicos y en los niveles de mortalidad infantil. Sin embargo, también subrayó los vínculos que tienen estos aspectos con la pobreza y la exclusión social, tanto como determinantes como contribuyentes. “Con menos educación hay menos oportunidades de inserción en el mercado laboral, menores ingresos, además de carencias en términos de vivienda, bienes y servicios.”

Por otro lado, presentó estudios que muestran la relación existente entre nivel de escolaridad y nacimientos en la adolescencia. “En las adolescentes que no concurren a un establecimiento escolar, más del 60 por ciento estuvo embarazada, y de las que asisten, más del 70 por ciento no lo estuvo, con lo cual la permanencia y retención escolar muestra una fuerte asociación en el hecho de que no hayan quedado embarazadas”, evaluó.

Según la CEPAL, la región de las Américas mostró indicadores de crecimiento y de reducción de la pobreza durante la década pasada. “La mayoría de los países lograron ese éxito a raíz de programas sociales integrados focalizados en la articulación entre servicios de salud, nutrición y educación”, indicó Roses y citó ejemplos de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela, entre otros. “Fueron esfuerzos dirigidos a reducir la pobreza para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)”, puntualizó.

En ese sentido, consideró que las políticas integradas demostraron reducir la pobreza, mejorar la salud, la educación y el desarrollo de la mujer. Y subrayó la necesidad de hacerlo también con enfoques de “género, interculturalidad, equidad y con un abordaje de inclusión”.

“Deben abordar desde acciones con la familia, la comunidad y el ámbito escolar -formal e informal-, hasta todos los niveles de educación, la formación de los profesionales de la salud y las políticas de regulación”, enumeró Roses y resaltó la necesidad de considerar elementos ya consagrados por los jefes de Estado: El enfoque de una cultura de la salud y de habilidades para la vida; de atención primaria de la salud y de determinantes, los cuales, opinó, “no se pueden excluir uno de otro”.

La médica argentina presentó también alianzas exitosas que se fueron construyendo en el tema en las Américas como las escuelas promotoras de salud, las redes de escuelas saludables, las experiencias de escuelas bilingües, de inclusión escolar de personas con discapacidad y de chicos con VIH/sida.

Asimismo, destacó los contenidos curriculares de educación para la salud -como la prevención de la violencia, la seguridad vial, las conductas saludables, la tolerancia a la diversidad y la prevención de riesgos ambientales-, además de la introducción de salud sexual y reproductiva en la capacitación docente y en la preparación de contenidos escolares en algunos países.

Roses definió el encuentro como “una oportunidad para plantear nuevas reflexiones sobre la alianza salud y educación” y consideró importante llevar adelante “una integración más sistemática de las acciones de salud y educación en sus distintos ámbitos”, para lo que ofreció el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud.

“Salud es un producto social pero también un contribuyente para el avance de los otros sectores de los cuales resulta una parte interesada. De modo que incorporar salud en el campo educativo y fortalecer la visión que existe desde Educación sobre su impacto en la salud y la inclusión social tiene un potencial que debe ser aprovechado”, concluyó la directora de la OPS.





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