- Fuente: elpais.com
Entre la larga lista de enfermedades asociadas a la obesidad
(patologías cardiovasculares, diabetes, hipertensión, apnea del sueño…)
algunas afectan de forma específica a las mujeres, como la dificultad en
tener hijos. A mayor índice de masa corporal, todo es más difícil:
menor tasa de ovulación, de implantación del embrión, de embarazos o de
llevar la gestación a término con un niño sano. Entre otros factores,
debido a que el sobrepeso provoca una serie de alteraciones en los
óvulos que dificultan (o incluso impiden) la fecundación. Este problema,
sin embargo, tiene remedio. Un grupo de investigadores de la
Universidad de Adelaida ha logrado revertir estas disfunciones en
ratones mediante una medicación que se está probando en ensayos clínicos
para combatir la diabetes y que ha incrementado su capacidad
reproductiva, como publican en la revista Development.
Los investigadores están convencidos de que una estrategia terapéutica similar, de reducción del daño que sufren los óvulos, podría ser usada en el futuro en mujeres obesas. “El trabajo muestra que las alteraciones derivadas de la nutrición materna se reflejan en los óvulos y que son modificables incluso en los días previos a la fertilización”, explica Rebecca Robker, una de las autoras del trabajo.
La raíz del problema está en las mitocondrias, unos orgánulos que aportan a las células la energía que necesitan para funcionar y que se han hecho muy famosos durante la semana pasada debido a la decisión que tomó la Cámara de los Comunes británica, al aprobar una técnica de reproducción asistida que implica el uso de ADN de tres progenitores para evitar la transmisión de graves enfermedades mitocondriales.
En este caso, debido a la obesidad, las mitocondrias tienen el metabolismo alterado por los problemas que les provoca otro pequeño elemento de la maquinaria celular, el retículo endoplasmático. Estos desequilibrios repercuten en la salud de los óvulos (las células más grandes del cuerpo humano), que pierden funcionalidad.
Los investigadores han recurrido a unos compuestos, los inhibidores de estrés del retículo endoplasmático, para corregir esta reacción en cadena. Al normalizar el comportamiento de estos otros orgánulos (el retículo endoplasmático), devuelven el equilibrio a la función de las mitocondrias y las blindan de los efectos de la obesidad en los óvulos de ratones obesos.
Las sustancias utilizadas son el salubrinal y el BGP-15, un compuesto
de administración oral cuya utilidad contra la diabetes se está
analizando en distintos ensayos clínicos en fase II. “El uso de estos
compuestos resultó un éxito a la hora de prevenir el estrés celular.
Restituyó la calidad del óvulo, el desarrollo del embrión y los niveles
de ADN mitocondrial a los niveles de una madre sana”, subraya Robker.
Más allá de la potencial aplicación de esta terapia en humanos en un futuro -que además de mejorar la fertilidad podría evitar que los descendientes de mujeres obesas heredaran las mitocondrias lesionadas de su progenitora-, los autores destacan otra conclusión de su trabajo: el estudio aporta más evidencias de la importancia que tiene la alimentación en la calidad del óvulo y, en general, en la reproducción. "Es muy importante que las mujeres se alimenten bien y se cuiden si quieren concebir", apunta la investigadora australiana.
A Marc Claret, investigador del laboratorio de diabetes y obesidad del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona, le parece interesante la posibilidad de curar los óvulos. Sin embargo, destaca dos aspectos del trabajo. Por un lado, que mejora los parámetros de los ovocitos en ratones hembra con obesidad, "pero el tratamiento no afecta a la obesidad, ya que no se producen cambios de peso". Es decir, no se va al origen del problema. Además, apunta que se ha usado un modelo de animal de experimentación con el ADN modificado para reproducir los efectos de la obesidad. Plantea que hubiera sido mejor comprobar los efectos de la terapia en animales sometidos a una dieta rica en grasas, de forma que no hubiera dudas sobre posibles interacciones derivadas de la manipulación genética.
Los investigadores están convencidos de que una estrategia terapéutica similar, de reducción del daño que sufren los óvulos, podría ser usada en el futuro en mujeres obesas. “El trabajo muestra que las alteraciones derivadas de la nutrición materna se reflejan en los óvulos y que son modificables incluso en los días previos a la fertilización”, explica Rebecca Robker, una de las autoras del trabajo.
La raíz del problema está en las mitocondrias, unos orgánulos que aportan a las células la energía que necesitan para funcionar y que se han hecho muy famosos durante la semana pasada debido a la decisión que tomó la Cámara de los Comunes británica, al aprobar una técnica de reproducción asistida que implica el uso de ADN de tres progenitores para evitar la transmisión de graves enfermedades mitocondriales.
En este caso, debido a la obesidad, las mitocondrias tienen el metabolismo alterado por los problemas que les provoca otro pequeño elemento de la maquinaria celular, el retículo endoplasmático. Estos desequilibrios repercuten en la salud de los óvulos (las células más grandes del cuerpo humano), que pierden funcionalidad.
Los investigadores han recurrido a unos compuestos, los inhibidores de estrés del retículo endoplasmático, para corregir esta reacción en cadena. Al normalizar el comportamiento de estos otros orgánulos (el retículo endoplasmático), devuelven el equilibrio a la función de las mitocondrias y las blindan de los efectos de la obesidad en los óvulos de ratones obesos.
El estudio aporta más evidencias de la
importancia que tiene la alimentación en la calidad del óvulo y, en
general, en la reproducción
Más allá de la potencial aplicación de esta terapia en humanos en un futuro -que además de mejorar la fertilidad podría evitar que los descendientes de mujeres obesas heredaran las mitocondrias lesionadas de su progenitora-, los autores destacan otra conclusión de su trabajo: el estudio aporta más evidencias de la importancia que tiene la alimentación en la calidad del óvulo y, en general, en la reproducción. "Es muy importante que las mujeres se alimenten bien y se cuiden si quieren concebir", apunta la investigadora australiana.
A Marc Claret, investigador del laboratorio de diabetes y obesidad del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona, le parece interesante la posibilidad de curar los óvulos. Sin embargo, destaca dos aspectos del trabajo. Por un lado, que mejora los parámetros de los ovocitos en ratones hembra con obesidad, "pero el tratamiento no afecta a la obesidad, ya que no se producen cambios de peso". Es decir, no se va al origen del problema. Además, apunta que se ha usado un modelo de animal de experimentación con el ADN modificado para reproducir los efectos de la obesidad. Plantea que hubiera sido mejor comprobar los efectos de la terapia en animales sometidos a una dieta rica en grasas, de forma que no hubiera dudas sobre posibles interacciones derivadas de la manipulación genética.
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