FUENTE: intramed.net
A medida que la tendencia continúa, un investigador teme que también habrá más brotes de tos ferina
Una observación de los brotes recientes
de sarampión en Estados Unidos encuentra que más de la mitad de los
casos tuvieron que ver con niños no vacunados.
El rechazo a las vacunas con frecuencia también fue culpable de los brotes de tos ferina (pertussis), según el nuevo estudio.
"Cuando las tasas de rechazo a las vacunas son altas, las tasas de sarampión y pertussis son más altas", advirtió el investigador, el Dr. Varun Phadke, miembro de enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory.
En 2000, Estados Unidos fue declarado libre de sarampión. Pero viajeros infectados que volvieron al país han provocado brotes, y los niños sin vacunar están en el mayor riesgo, ha mostrado la investigación.
Este estudio encontró que entre más de 1,400 casos desde 2000, más de la mitad de los pacientes no tenían un historial de vacunación. La mayoría tenían exenciones no médicas, basadas en creencias religiosas o filosóficas, no exenciones médicas, apuntaron los investigadores.
El informe aparece en la edición del 15 de marzo de la revista Journal of the American Medical Association.
El sarampión y la tos ferina son altamente contagiosos, y cuando hay menos personas vacunadas, la protección generalizada conocida como inmunidad grupal falla, permitiendo que los virus se propaguen con toda libertad.
El Dr. Matthew Davis es profesor de pediatría y enfermedades contagiosas de la Universidad de Michigan, y autor de un editorial que acompañó al estudio en la revista. "La vacunación es una de las herramientas más efectivas y seguras para proteger a la población contra muchas enfermedades", afirmó.
Pero las tasas de exenciones no médicas a las vacunas han aumentado de forma constante en los últimos 20 años, señalaron los investigadores en las notas de respaldo.
Davis y Phadke se mostraron de acuerdo en que los estados deben hacer que obtener exenciones a las vacunas resulte más difícil.
En California, donde un brote de sarampión en 2014 resultó en 111 casos, se promulgaron leyes para eliminar las exenciones no médicas a las vacunas, señaló Phadke. Le gustaría ver a otros estados seguir el ejemplo de California.
"Los estados que hacen que no vacunarse sea más difícil tienen unas tasas más bajas de enfermedades prevenibles mediante las vacunas", comentó Phadke. "Las estrategias que buscan reducir el rechazo a las vacunas podrían tener un importante impacto sobre la comunidad".
Para determinar cuántos brotes ocurridos desde 2000 fueron resultado del rechazo a las vacunas, Phadke y sus colaboradores revisaron 18 estudios ya publicados que incluyeron 1,416 casos de sarampión. Entre esos pacientes, el 57 por ciento no se habían vacunado, hallaron.
Al observar casi mil casos que contaban con datos detallados sobre la vacunación, encontraron que casi 600 no se habían vacunado a pesar de ser elegibles. En esos casos, el 71 por ciento habían rechazado la vacunación por motivos religiosos o filosóficos, encontró el equipo de Phadke. Los demás tenían motivos médicos para no vacunarse.
Los investigadores también estudiaron 32 informes de brotes de tos ferina con más de 10,600 pacientes. En los cinco brotes más grandes, hasta el 45 por ciento de los pacientes no se habían vacunado o no habían recibido las dosis de refuerzo, señalaron los autores del estudio.
Pero varios de esos brotes ocurrieron en poblaciones con unas tasas altas de vacunación. Esto indica que la inmunidad a la tos ferina se está reduciendo, advirtió Phadke.
Los investigadores también hallaron que en 8 de 12 brotes de tos ferina para los cuales había datos detallados sobre la inmunización, hasta el 93 por ciento de los pacientes sin vacunar no se habían vacunado intencionalmente.
Esa tendencia es preocupante, según Phadke. "Veremos más brotes de sarampión", predijo.
Davis planteó que los esfuerzos por mejorar la cobertura de vacunación deben hacerse en frentes múltiples.
"Los brotes de enfermedades como el sarampión y la pertussis nos recuerdan que todavía hay formas de mejorar cómo usamos las vacunas para proteger la salud de los niños y los adultos de Estados Unidos", aseguró.
Dado que algunas vacunas son menos efectivas que otras, como por ejemplo la vacuna contra la tos ferina, quizá se necesiten más dosis de refuerzo, junto con vacunas nuevas y más efectivas, señaló Davis.
Y tampoco es suficiente vacunar solo a los niños, dijo. Se pueden prevenir brotes "haciendo un mejor trabajo con la vacunación de los adultos, y no solo intentando hacer el mejor trabajo vacunando a los niños", añadió Davis.
FUENTES: Varun Phadke, M.D., fellow, infectious diseases, Emory University School of Medicine, Atlanta; Matthew Davis, M.D., professor, pediatrics and communicable diseases, University of Michigan, Ann Arbor; March 15, 2016, Journal of the American Medical Association
El rechazo a las vacunas con frecuencia también fue culpable de los brotes de tos ferina (pertussis), según el nuevo estudio.
"Cuando las tasas de rechazo a las vacunas son altas, las tasas de sarampión y pertussis son más altas", advirtió el investigador, el Dr. Varun Phadke, miembro de enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory.
En 2000, Estados Unidos fue declarado libre de sarampión. Pero viajeros infectados que volvieron al país han provocado brotes, y los niños sin vacunar están en el mayor riesgo, ha mostrado la investigación.
Este estudio encontró que entre más de 1,400 casos desde 2000, más de la mitad de los pacientes no tenían un historial de vacunación. La mayoría tenían exenciones no médicas, basadas en creencias religiosas o filosóficas, no exenciones médicas, apuntaron los investigadores.
El informe aparece en la edición del 15 de marzo de la revista Journal of the American Medical Association.
El sarampión y la tos ferina son altamente contagiosos, y cuando hay menos personas vacunadas, la protección generalizada conocida como inmunidad grupal falla, permitiendo que los virus se propaguen con toda libertad.
El Dr. Matthew Davis es profesor de pediatría y enfermedades contagiosas de la Universidad de Michigan, y autor de un editorial que acompañó al estudio en la revista. "La vacunación es una de las herramientas más efectivas y seguras para proteger a la población contra muchas enfermedades", afirmó.
Pero las tasas de exenciones no médicas a las vacunas han aumentado de forma constante en los últimos 20 años, señalaron los investigadores en las notas de respaldo.
Davis y Phadke se mostraron de acuerdo en que los estados deben hacer que obtener exenciones a las vacunas resulte más difícil.
En California, donde un brote de sarampión en 2014 resultó en 111 casos, se promulgaron leyes para eliminar las exenciones no médicas a las vacunas, señaló Phadke. Le gustaría ver a otros estados seguir el ejemplo de California.
"Los estados que hacen que no vacunarse sea más difícil tienen unas tasas más bajas de enfermedades prevenibles mediante las vacunas", comentó Phadke. "Las estrategias que buscan reducir el rechazo a las vacunas podrían tener un importante impacto sobre la comunidad".
Para determinar cuántos brotes ocurridos desde 2000 fueron resultado del rechazo a las vacunas, Phadke y sus colaboradores revisaron 18 estudios ya publicados que incluyeron 1,416 casos de sarampión. Entre esos pacientes, el 57 por ciento no se habían vacunado, hallaron.
Al observar casi mil casos que contaban con datos detallados sobre la vacunación, encontraron que casi 600 no se habían vacunado a pesar de ser elegibles. En esos casos, el 71 por ciento habían rechazado la vacunación por motivos religiosos o filosóficos, encontró el equipo de Phadke. Los demás tenían motivos médicos para no vacunarse.
Los investigadores también estudiaron 32 informes de brotes de tos ferina con más de 10,600 pacientes. En los cinco brotes más grandes, hasta el 45 por ciento de los pacientes no se habían vacunado o no habían recibido las dosis de refuerzo, señalaron los autores del estudio.
Pero varios de esos brotes ocurrieron en poblaciones con unas tasas altas de vacunación. Esto indica que la inmunidad a la tos ferina se está reduciendo, advirtió Phadke.
Los investigadores también hallaron que en 8 de 12 brotes de tos ferina para los cuales había datos detallados sobre la inmunización, hasta el 93 por ciento de los pacientes sin vacunar no se habían vacunado intencionalmente.
Esa tendencia es preocupante, según Phadke. "Veremos más brotes de sarampión", predijo.
Davis planteó que los esfuerzos por mejorar la cobertura de vacunación deben hacerse en frentes múltiples.
"Los brotes de enfermedades como el sarampión y la pertussis nos recuerdan que todavía hay formas de mejorar cómo usamos las vacunas para proteger la salud de los niños y los adultos de Estados Unidos", aseguró.
Dado que algunas vacunas son menos efectivas que otras, como por ejemplo la vacuna contra la tos ferina, quizá se necesiten más dosis de refuerzo, junto con vacunas nuevas y más efectivas, señaló Davis.
Y tampoco es suficiente vacunar solo a los niños, dijo. Se pueden prevenir brotes "haciendo un mejor trabajo con la vacunación de los adultos, y no solo intentando hacer el mejor trabajo vacunando a los niños", añadió Davis.
FUENTES: Varun Phadke, M.D., fellow, infectious diseases, Emory University School of Medicine, Atlanta; Matthew Davis, M.D., professor, pediatrics and communicable diseases, University of Michigan, Ann Arbor; March 15, 2016, Journal of the American Medical Association
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