domingo, 31 de octubre de 2010

FERTILIZACIÓN ASISTIDA

AUTOR:CARLOSGARCÍA-OCHOA DEL FRESNO
DIRECTOR DE LOS LABORATORIOS DE ANDROLOGÍA Y EMBRIOLOGÍA DEL CEFIVA
FUENTE: elcomerciodigital.com
 
Aunque he tenido en más de una ocasión la oportunidad de contestar a personas que han opinado sobre aspectos éticos relacionados con la reproducción humana asistida, en esta ocasión no puedo ni debo dejar de hacerlo. He leído con interés el artículo de opinión que firma Juan Ramón de los Toyos González, profesor de Inmunología de la Universidad de Oviedo y miembro de la Sociedad Española de Bioética y Ética Médica, y he de decirle, en primer lugar, que nunca seré ni quisiera ser digno de pertenecer a esa Sociedad si tuviera que compartirla con personas como usted y a quien me temo represente. Personas que quieren seguir manipulando a la opinión pública amparándose en sus títulos y en el desconocimiento que la sociedad en general tiene sobre estas técnicas. Le voy a responder a sus afirmaciones:


Habla de los embriones humanos que han muerto en la puesta a punto de la técnica. Eso es cierto y más embriones que seguirán 'muriéndose'. Como profesor universitario de Inmunología, conocerá que en la especie humana se genera un porcentaje muy elevado de embriones no viables, es decir, que nunca darían lugar al nacimiento de un niño. Eso también ocurre con estas técnicas. Nos sugiere que debemos conocer lo que ocurre en un laboratorio de fecundación 'in vitro'. Me temo, profesor, que aquí sí que le supero en experiencia. Llevo 21 años trabajando en uno, y me temo que usted no haya pisado ninguno, por lo que, más que sugerir a los demás, soy yo el que le sugiero que conozca alguno para que sepa de qué está dando lecciones, profesor. Tiene el atrevimiento de decir que no es «infrecuente» producir una nueva vida humana mediante fecundaciones anónimas. Incluso osa decir que se generan huérfanos biológicos. Me va a permitir que salga en defensa de esos padres con hijos «huérfanos biológicos». Son parejas que, por desgracia, no tienen ningún gameto (óvulo y espermatozoide) y cuya única opción para ser padres es recurrir a donantes que generosamente se prestan a ello. Por suerte para las parejas, esta circunstancia es muy infrecuente, profesor. Que sufran problemas de identidad, psíquicos, de conducta y conflictos familiares, como menciona ese libro, es otro de los despropósitos. Profesor, si realmente tiene interés en conocer lo que le ocurre a esos niños, vaya a las revistas científicas independientes relacionadas con el asunto, como supongo que hace en su especialidad, y no recurra al título de un libro escrito por una persona de «su cuerda».

Dice que hay clínicas que ofertan bebés «a la carta». Si las hubiera, al menos en España, lo que debe hacer usted es denunciarlas, pues aquí «no hay carta». Como ya he oído en otras ocasiones (¿tienen ustedes un manual?), sacan a relucir lo de las madres a los 70 y cosas por el estilo. Habla usted de un caso y le quiere sacar partido a un colega que no se merece llamarlo así, a una paciente que nunca debiera haber recurrido a este tipo de técnicas y a un país donde le permitieron realizar el tratamiento. Yo le hablo de millones de fecundaciones 'in vitro' realizadas en parejas jóvenes con años de sufrimiento por no conseguir el ansiado y querido embarazo.

También refiere que las técnicas no son exitosas al 100%. Eso lo saben de sobra las parejas que se someten a estas técnicas. Para su desgracia, aún no somos capaces de embarazar a todas las parejas que recurren a nosotros. Esta parte es la más dura de nuestra especialidad. Técnicamente, conseguimos embriones, pero no siempre embarazos. Todavía desconocemos muchos de los mecanismos por los que el embrión se implanta en el útero, pero cada vez sabemos más y en otros 30 años (la primera niña nacida por fecundación 'in vitro' nació hace 32) conseguiremos tasas de embarazo muy superiores. Dice que «se puede llegar a una forma de encarnizamiento procreador». Su frase se descalifica por sí misma, profesor. Habla sobre los embriones: «se implantan varios, pero, sí solo se desea uno, se procede paso a paso a la reducción embrionaria; los no deseados van siendo eliminados uno tras otro». Se sigue superando, profesor. Pregúntele a una pareja que consigue un embarazo con estas técnicas -que, como ya le expliqué antes, no son todo lo exitosas que quisiéramos- sin va paso a paso y uno tras otro eliminando sus embriones ansiados. La frivolidad de sus afirmaciones me dejan perplejo y me imagino que aún más a las parejas que han tenido que pasar por esas circunstancias. Por cierto, ¿ha hablado y mirado a la cara a alguna pareja que haya realizado este tipo de tratamientos?

En España, la ley de mayo de 2006 prohíbe la transferencia de más de tres embriones. Lo que se debe conocer es que en realidad se suelen transferir dos embriones con el ánimo de que haya un embarazo de un solo niño. Aún así, solo en un 30% o en un 40% de las veces lo conseguimos. Es decir, que en el 60-70% no se consigue el embarazo. En ocasiones, conseguimos embarazos gemelares, cosa que no nos gusta a los equipos que trabajamos con esta técnica. En los embarazos de más de dos fetos ( menos del 1%), y dado que hay gran riesgo para la salud de la madre, estas parejas tienen que recurrir a la reducción embrionaria para solventar ese riesgo. Tendrán que reducir un saco embrionario y no uno tras otro como malintencionadamente usted indica, profesor.

Habla del diagnóstico genético preimplantacional, y se toma la libertad de incluirlos en «el marco de bebés a la carta, que nos llevará a la eugenesia, al intento de crear la súper-raza, el súper-hombre», profesor. La sociedad -no a la que usted pertenece-, sino la sociedad de andar por la calle, debe conocer que esta técnica nos permite transferir embriones «sanos» en parejas portadoras de enfermedades genéticas, para traer al mundo niños sanos y no hacer súperhombres como usted dice, profesor. Sobre los embriones congelados y que no desean ser utilizados por sus padres biológicos, la Ley de Reproducción Asistida permite, entre otros usos, el destino para investigación con células madre, de enfermedades que afectan a millones de personas (espero que ninguna de su familia), como pueden ser las lesiones medulares, el alzhéimer, las cardiopatías, etcétera.

Sigue desconociendo todo lo relacionado con estas técnicas cuando dice que "se generan a propósito embriones para ser empleados en experimentación». Si tiene usted la certeza que alguien está haciendo esto, denúncielo. En España seguro que no, y a no ser que algún desaprensivo lo esté realizando, no puede decir esto en un medio de comunicación, profesor. Los últimos párrafos son para enmarcar, profesor. «Quienes por razones varias acuden a la fertilización 'in vitro' deberían conocer y ser conscientes de lo que van dejando por el camino». «También son víctimas muchos niños que han venido al mundo mediante una técnica que lesiona su dignidad de seres humanos». Profesor, aquí se ha esmerado. En defensa de miles de parejas a las que he tratado a lo largo de más de dos décadas, le tengo que decir que lo que tiene que ser consciente es de lo que va dejando por el camino. Pero usted y sus adláteres, que pongan en duda la dignidad de los niños nacidos tras años de esfuerzo y angustia, no se lo puedo consentir. Tengo claro que la dignidad de esos niños es al menos igual que la suya, aunque prefiero pensar que sea muy superior en beneficio del desarrollo de la humanidad

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