martes, 19 de octubre de 2010

IDENTIFICAN UNA PROTEÍNA DE VULNERABILIDAD A LAS ADICCIONES

Fuente: Diariomedico.com El equipo del Laboratorio de Neurociencias del Servicio de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, ha identificado, por primera vez en la investigación científica mundial y con tecnología propia de este laboratorio, la participación de una nueva proteína en la vulnerabilidad a padecer adicciones. La proteína, denominada ANKK1 y relacionada con el marcador genético TaqlA, se expresa en el sistema nervioso central del adulto -en humanos y en modelo animal-, pero ya está presente en el neurodesarrollo embrionario, según las conclusiones del estudio que publica el citado equipo en el último número de Biological Psychiatry. El equipo investigador, del que forman parte, entre otros, Janet Hoenicka, investigadora principal, Guillermo Ponce, Roberto Rodríguez-Jiménez y Miguel Ángel Jiménez-Arriero, actual jefe de Psiquiatría y que sustituye a Tomás Palomo, bajo cuya dirección comenzaron a llevarse a cabo estos trabajos, empezó a centrarse en 2004 en el polimorfismo TaqlA, el factor biológico más estudiado en la predisposición genética al alcoholismo y otras adicciones, alcanzando un importante hallazgo: "Este marcador está dentro del gen ANKK1, y no dentro de DRD2 como se suponía. Hasta ahora, ningún equipo había descrito su funcionalidad ni encontrado su proteína", ha manifestado a DM Hoenicka. La actividad funcional de ANKK1 se relaciona con el sistema dopaminérgico cerebral, clave en los procesos básicos de aprendizaje, así como en los trastornos adictivos, de personalidad y psicóticos. * La actividad cerebral de ANKK1 se relaciona con el sistema dopaminérgico, clave en procesos adictivos, de aprendizaje y de personalidad Periodo embrionario Pero no sólo se ha identificado la nueva proteína sino que, además, se ha localizado en el espacio y el tiempo. El hallazgo ha desvelado que la ANKK1 se encuentra en las células astrogliales que están presentes no sólo en el cerebro adulto, sino también en el periodo embrionario. "Esto significa que la predisposición individual a padecer ciertas patologías de la conducta, como las adicciones a sustancias de abuso e incluso a ciertos trastornos mentales, podría gestarse en los primeros momentos de desarrollo del sistema nervioso central", según Hoenicka que, no obstante, hace hincapié en que esta situación de vulnerabilidad debe acompañarse de un entorno multifactorial posterior que lo favorezca. El equipo, que forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), también apoyó el valor de sus primeras hipótesis en los estudios de observación clínica. Según Ponce, "en los pacientes alcohólicos con psicopatía, además de la variación en el receptor D2, era muy relevante la función de la variante ANKK1". Beneficio real futuro El equipo sigue trabajando en varias investigaciones que tienen como protagonista esta nueva proteína y su relación con el sistema dopaminérgico cerebral, teniendo en cuenta que la dopamina es un neurotransmisor esencial en los procesos de aprendizaje, psicosis, adicciones, impulsividad y de personalidad y más concretamente en el desarrollo de rasgos antisociales. Además de la enorme cantidad de información que va a poder extraerse del conocimiento de la nueva proteína sobre qué procesos ocurren dentro de las células y de las neuronas, y dentro la fase de embriogénesis, así como en el proceso de enfermedad, Rodríguez-Jiménez predice un futuro clínico "relacionado con una mejor o peor respuesta terapéutica en función de la existencia o no de este factor de vulnerabilidad o polimorfismo". De hecho, otro estudio del equipo ha observado que, según la forma de la proteína que se tenga, la respuesta a tratamientos dopaminérgicos es muy distinta, lo que implica que ANKK1 podría ser en sí mismo un marcador pronóstico y de respuesta". La proteína más perseguida en psiquiatría ANKK1 no es una proteína cualquiera. De hecho, y según los especialistas, es una de las más interesantes del ámbito de la psiquiatría. Trabajos anteriores -más de 1.000 artículos aluden a su potencial- la habían buscado a propósito en tejido cerebral humano, pero sin resultados satisfactorios, por lo que el hallazgo del equipo del 12 de Octubre no es casual. Diferente grupos de investigación internacionales iban tras su rastro y ahora "se ha encontrado una linterna que ilumina el comienzo de un camino por recorrer", según Hoenicka. En obesidad, así como en trastornos de anorexia y bulimia, cobra cada vez más fuerza en la investigación. Actualmente, el equipo español sigue buscando la relación de ANKK1 con otras proteínas, profundizando en la fase de embriogénesis y de qué forma actúa en este proceso, así como en las vías de señalización. Bajo la dirección de Guillermo Ponce también se estudia la implicación de la proteína en modelos animales de aprendizaje para ver de qué forma se afecta sobre todo en situaciones de adicción o esquizofrenia.

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