FUENTE: Jano.es
El Parque Científico de Barcelona (PCB) acogió ayer el Foro de Biotecnología que, bajo el título Innovación en Terapias Humanas a través de la Biotecnología, organizaron la compañía Amgen y el propio PCB.
Expertos en el campo de la
biotecnología, así como de la genómica, la farmacología, la clínica y la
industria farmacéutica, hablaron el presente y el futuro de este ámbito
científico que Jordi Martí, director general de Amgen para España y
Portugal, describió como motor de la innovación en el campo de las
terapias humanas.
El Dr. Ivo Gut, director del Centro
Nacional de Análisis Genómico (CNAG), habló de las implicaciones de la
genómica en el desarrollo de medicamentos biotecnológicos en una
ponencia en la que concluyó subrayando que el proceso de investigación y
desarrollo de fármacos ha experimentado y experimentará un cambio
radical debido a la genómica, disciplina que será indispensable para las
compañías farmacéuticas y que servirá para profundizar en conocimiento
de los mecanismos de las enfermedades.
Neutropenia febril
Para ejemplificar lo que pueden
ofrecer los nuevos tratamientos obtenidos mediante biotecnología, el Dr.
Pere Gascón, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Clínic de
Barcelona, y el Dr. Juan José Pérez Ruixo, del Departamento de
Farmacocinética-Farmacodinámica de Amgen, se refirieron en sus ponencias
a la aportación del pegfilgrastim en la prevención y el tratamiento de
la neutropenia febril en pacientes con cáncer que reciben quimioterapia.
El Dr. Gascón explicó que la
quimioterapia llega a provocar neutropenia en el 50-80% de los pacientes
oncológicos. Las consecuencias son, por un lado, un mayor riesgo de
infecciones graves, sepsis y muerte. Por otro, puede dar lugar a
retrasos y reducciones de dosis de quimioterapia, lo cual también se
asocia a menores probabilidades de supervivencia. En términos
económicos, recordó que un episodio de neutropenia febril en España
genera un coste de 3.800 euros.
Sin embargo, la aparición del
filgrastim, copia obtenida mediante biotecnología del factor de
crecimiento granulocítico, permitió reducir la incidencia de la
neutropenia febril en estos pacientes. No obstante, su corta vida media
implicaba una pauta de tratamiento de 11 inyecciones, una al día durante
los días posteriores a cada ciclo de quimioterapia. Esto se mejoró con
el pegfilgrastim, medicamento obtenido por pegilación de la molécula
original para prolongar su vida media. De este modo, una sola inyección
bastaba tras cada ciclo de quimioterapia. Tal como explicaron los Dres.
Gascón y Pérez Rouxo, la pegilación impide que el fármaco se elimine por
el riñón, de manera que casi en su totalidad es eliminado por los
neutrófilos.
Los ensayos clínicos han demostrado
que el pegfilgrastim es significativamente más eficaz que el filgrastim a
la hora de reducir la incidencia de la neutropenia febril y, además,
disminuye la necesidad de reducir las dosis de quimioterapia, así como
las hospitalizaciones. Por otro lado, el Dr. Gascón destacó que la
posibilidad de emplear este fármaco como profilaxis primaria en
pacientes con riesgo elevado de desarrollar la neutropenia ha hecho
posible que la incidencia de esta enfermedad en pacientes oncológicos
que reciben quimioterapia se sitúe por debajo del 10%.
A su vez, el Dr. Pérez Rouxo explicó
que los fármacos biotecnológicos se diferencian de los medicamentos
químicos clásicos no solo por su tamaño y complejidad, sino también por
su farmacología. Entre otros aspectos, comentó que su diferente acción
sobre el metabolismo implica en los fármacos biológicos ausencia de
interacciones con otros fármacos y, además, cuentan con la ventaja de
que su farmacodinamia es lineal respecto a su farmacocinética, es decir,
que la cantidad del fármaco en el torrente circulatorio es proporcional
al efecto terapéutico que se desea conseguir, hecho que no sucede
siempre con los medicamentos químicos.
Alto coste, aunque posible ahorro a largo plazo
Una de las sesiones claves del foro fue la mesa debate titulada ¿Cómo reconocer el valor de los productos biotecnológicos?,
en la que varios expertos discutieron acerca del valor añadido de los
medicamentos biotecnológicos, la importancia de la colaboración entre el
sector público y privado en este campo, lo que representan estos
productos para la sostenibilidad del sistema sanitario y los retos de
futuro.
El respecto, el director general de
Amgen para España y Portugal, Jordi Martí, se refirió a una de las
desventajas que se achacan a los productos biotecnológicos: su precio.
En este sentido, explicó que el coste de estos medicamentos es elevado,
pero que es necesario tener una visión holística del valor añadido que
pueden aportar a largo plazo a la salud de las personas y al sistema
sanitario. A su juicio, no hay que fijarse únicamente en su coste
inmediato, pues algunos de estos medicamentos, además de tener un gran
impacto sobre la salud de las personas, pueden generar a largo plazo un
importante ahorro.
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