Fuente: minutouno.com
Especialistas advierten, en ocasión de celebrarse
este lunes el Día Mundial de la Hepatitis, que se trata de "una epidemia
silenciosa" y dan cuenta de la importancia de la detección temprana de
la enfermedad.
Cerca de un millón de personas están infectadas con la hepatitis B y C en la Argentina y la mayoría no lo sabe
advirtieron especialistas con motivo de celebrarse este lunes el Día
Mundial de la Hepatitis. Así es como la hepatitis es considerada una
"epidemia silenciosa porque no avisa", exige tener las vacunas, hacerse
los tests en forma periódica y de ser necesario tratarse para impedir
que haga estragos en la salud a largo plazo.
La
advertencia busca concientizar a ese millón de personas que no saben
que están infectadas y al 80 por ciento de los que van a contraer la
enfermedad y no va a tener ningún síntoma en su fase aguda.
"Hoy,
teniendo medicamentos más eficaces y tratamientos menos costosos para
controlar o curar la hepatitis es clave hacerse el test diagnóstico
porque no siempre hay síntomas que avisen que estamos enfermos", explicó a la agencia de noticias Télam Alejandra Villamil, hepatóloga del Hospital Italiano y vicepresidenta de la Asociación de Estudios de Enfermedades del Hígado (A.A.E.E.H.)
La
mayoría de las personas que han desarrollado lentamente la hepatitis no
sabían que estaban enfermas hasta que se encontraron con daños
irreparables en el hígado, una situación que hoy es posible evitar con
mucho más éxito que antes, completó la médica. "Hay tratamientos
exitosos de la enfermedad que permiten suprimir al virus B y eliminar el
virus C, por eso es importante realizarse un test de diagnóstico y
buscar cuidado médico a tiempo", sostuvo la representante de A.A.E.E.H.
Los
virus B y C de la hepatitis tienen en común que los dos atacan el
hígado; pero hay una diferencia: el virus de la hepatitis B se incorpora
a la información genética del órgano y el virus de la C nunca lo hace. "Al no hacerlo, el virus de la hepatitis C se puede erradicar en cambio el de la B, habrá que controlarlo, lo que con la nueva medicación es totalmente posible", informó la médica.
Las
hepatitis B, C y D se transmiten a través de líquidos corporales
infectados, como la sangre, por contacto sexual, de madre a hijo durante
el parto, o a través de material médico contaminado, siendo las dos primeras las responsables del desarrollo de enfermedades más graves como cirrosis hepática y cáncer.
En tanto, explicó Villamil "las
hepatitis A y E son infecciones transmitidas por los alimentos y por el
agua y afectan a millones de personas causando casos de enfermedad
aguda, de la que los pacientes tardan varias semanas en recuperarse".
"La hepatitis C es la principal causa de trasplante hepático en el país", informó la asociación, que agrupa a hepatólogos de hospitales públicos y privados de todo el país.
En la Argentina,
la vacuna de la hepatitis A forma parte del calendario nacional de
vacunación y se aplica, en una única dosis, a los 12 meses de vida. En cambio,
la hepatitis B se aplica una dosis al recién nacido dentro de las 12
horas de vida y luego como parte de la vacuna quíntuple celular o
pentavalente a los 4 y 6 meses de vida. También se incorporó recientemente al calendario para todos los adultos, siendo aplicada de manera gratuita en hospitales públicos y centros de vacunación de todo el país.
El virus de la hepatitis C es el único que hasta el momento no tiene vacuna desarrollada.
En
América latina, según datos de la Alianza Mundial contra la Hepatitis
(AMH), se registraban a 2011 entre 6.800.000 y 8.900.000 adultos
infectados con el virus de la hepatitis C, y muy pocos sabían que
estaban infectados. "Un aspecto que dificulta su diagnóstico es que
aproximadamente el 80 por ciento de los casos la hepatitis no presenta
ningún síntoma en su fase aguda", señala el informe de la organización.
Eso
propicia que la hepatitis C permanezca sin ser diagnosticada hasta que
ocasiona serios daños al hígado pero la buena noticia es que la
hepatitis C puede ser curada mediante medicamentos antivirales.
"El
virus puede detectarse en la sangre mediante pruebas de laboratorio y a
diferencia de las hepatitis A y B que pueden ser prevenidas mediante la
vacunación, la hepatitis C sólo puede prevenirse evitando la exposición
de sangre sana con sangre contaminada con el virus, que es su principal
forma de transmisión", según el informe dela organización.
De esta manera,
las medidas de prevención clave consisten en no compartir agujas u
otros objetos de uso personal como cepillos de dientes, máquinas de
afeitar o tijeras de uñas, y evitar hacerse tatuajes o piercings en
instalaciones sin un control sanitario adecuado y de acuerdo con las disposiciones de las autoridades sanitarias.
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