PROFESIONALES
DE LA MEDICINA - MÉDICOS - ENFERMEROS - HOSPITALES Y SANATORIOS - ESTRÉS
LABORAL - MIGRACIÓN - EDUCACIÓN
Por el Dr. Adolfo Sánchez de León (*)
Recientemente, en el Foro Mundial de Recursos Humanos en Salud más de 2.000
participantes representando a la mayoría de los países debatieron la
problemática de los recursos humanos en salud (RRHHS). Podríamos sintetizar
en cuatro, las principales preocupaciones que aquejan a todos estos países:
1) la cantidad y distribución del RRHHS,
2) sus cualidades y habilidades,
3) la migración de los profesionales y técnicos de la salud y
4) el mercado laboral de la salud
Si bien los representantes de todos los gobiernos presentaron estos problemas
independientemente de su nivel de desarrollo, como era de esperar los
problemas más acuciantes lo manifestaron los países más pobres.
La Argentina no es una excepción a la regla y, aunque con ciertos matices y
características particulares, presenta una problemática similar en una
posición intermedia entre los países más pobres y los más desarrollados.
Desde esta perspectiva podríamos decir que si bien la cantidad global de
médicos en nuestro país pareciera más que suficiente con los 160.000
registrados en todo el territorio nacional (1 médico cada 250 habitantes), la
distribución y cantidad de algunas especializaciones marcan un escenario muy
complejo. Y si ampliamos la mirada hacia otras profesiones del sector como
enfermería y las tecnicaturas por ejemplo el panorama se hace sombrío.
Como muy bien lo destaca Javier Vilosio, los médicos migran en dos sentidos:
en la geografía y en la especialidad que eligen. Esta definición la podemos
ampliar al resto de las profesiones relacionadas con la salud.
La migración geográfica presenta una doble complejidad: la migración hacia
otros países y entre las provincias. Ejemplos concretos son la contratación
de profesionales de enfermería argentinos por parte de Italia o recientemente
la política de contratación de médicos argentinos por parte del Plan Más
Médicos de Brasil. A nivel interno se observa un flujo constante de las
especialidades más críticas como anestesistas, terapistas, neonatólogos,
traumatólogos, entre otros.
También existe una migración constante entre los sectores públicos y privados
de la salud e incluso al interior del sector público se observan «pases»
desde hospitales públicos con leyes de carreras sanitarias rígidas en cuanto
a lo salarial, hacia Hospitales con diferentes formas estatutarias y
posibilidades más flexibles de contratación.
El mercado laboral aparece aquí como el principal incentivo de estas
migraciones tanto internacionales como internas provocando un perjuicio a la
provincia o país que invirtió en la formación del RRHHS pero que no logra
retenerlo en desmedro de los países o provincias que basan su política de
RRHHS en un fuerte reclutamiento por sobre la formación o como complementaria
a ella.
Esta situación llevó a la OMS a elaborar un Código Internacional de Buenas
Prácticas en RRHHS que básicamente insta a los países más ricos a detener
esta política, a centrarse en la formación de su propio RRHHS y a colaborar
con los países más pobres en la formación adecuada en cantidad y calidad de
los RRHHS.
Pero será en definitiva el mercado laboral el que determine finalmente una
cantidad y calidad adecuada de RRHHS que satisfaga las necesidades de la
población.
El problema del mercado laboral
En primer lugar debemos replantearnos si los incentivos están correctamente
enfocados. La política nacional en salud así como la mayoría de los sistemas
provinciales de salud (por no decir todos) están basados, dicen, en la
Estrategia de APS y en la Promoción y Prevención de la salud dándole en los
papeles un nivel preponderante al primer nivel de atención. Sin embargo esta
priorización no se observa a la hora de definir presupuestos o incentivos
remunerativos.
Paralelamente a esto, en los últimos tiempos, se viene verificando un cambio
en el modelo del RRHHS de uno más vocacional y dispuesto al sacrificio
individual con tal de aprender a uno que primero analiza la ecuación
económica, el ámbito laboral, y las exigencias horarias antes de aceptar un
trabajo.
El Burn Out que producen muchas especialidades así como la inseguridad que
está azotando cada vez más a los servicios de salud son otros dos factores
que hacen desistir a muchos profesionales de seguir determinada especialidad
o de aceptar trabajos en zonas inseguras, lo cual agrava aún más la crisis.
La feminización de la medicina y de otras profesiones de salud es otra
característica que se viene verificando cada vez con mayor intensidad y,
según muchos especialistas del tema, está relacionado (como causa para
algunos, como consecuencia para otros) a una disminución de los ingresos del
sector.
Este combo está impactando fuertemente en los sistemas de residencias, en los
sistemas de emergencias médicas, en las especializaciones críticas y en
general en todo un sistema de formación que también está en crisis. El modelo
de una medicina como actividad artesanal en el que el maestro transfiere
conocimientos personalizados a sus discípulos ha cambiado definitivamente.
DE CARA AL FUTURO
Un informe elaborado por el Buró de Estadísticas Laborales de los Estados
Unidos señala que en la próxima década, 20 de los 50 tipos de ocupación que
más crecerán pertenecen al sector salud, lo que indica que será uno de los
sectores más dinámicos en la generación de empleo. Serán necesarios más y
mejores trabajadores de salud.
Por otra parte la transición demográfica y epidemiológica así como el impacto
de nuevas tecnologías en diagnóstico y tratamiento y una creciente demanda de
mayor satisfacción por parte de los usuarios impactarán aún más sobre los
sistemas de salud en general y en los RRHHS en particular.
Se deberá ser muy innovativo para incentivar a nuevas generaciones criadas en
un mundo globalizado, altamente informatizado, de redes sociales y de mayor
confort, en donde sus principales valores no pasan por el aprender a
cualquier costa, sino que pasan por los del trabajo confortable, cercano a su
vivienda y con mayor tiempo para sí y su familia.
Sin entrar a analizar la falta crítica de algunas especialidades (enfermeros,
médicos generalistas, anestesistas, terapistas, neonatólogos, otros) que
demandarán muchos años en formarse, o la falta de recursos humanos formados en
gestión, podemos afirmar que el tema que está dominando la problemática del
recurso humano, es el cambio cultural que los nuevos profesionales vienen
operando.
Nuevos entornos laborales y ambientales deberán crearse, nuevos regímenes de
trabajo deberán aprobarse, nuevos incentivos económicos deberán generarse.
Las guardias de 24 h., el múltiple empleo o el control horario deberán quedar
en el pasado. Una nueva relación con los recursos humanos deberá establecerse
y eso implica una revolución en los conceptos de gestión de recursos humanos.
Revolución que demandará tanto tiempo como la de formar el recurso humano hoy
escaso. Y hoy por hoy, no veo usinas de pensamiento estratégico sobre esta
problemática.
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(*) Médico. Especialista en Salud Pública. Jefe de Trabajos Prácticos de
Salud Pública en la Facultad de Medicina de la UNICEN. Integrante del grupo
PAIS - Pacto Argentino por la Inclusión en Salud.
N. de la R.: Artículo publicado en Médicos, 80 (mayo, 2014).
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