lunes, 15 de noviembre de 2010

LA FERTILIZACIÓN ASISTIDA TIENE DICTAMEN

Después de años y cajoneamientos varios la Comisión de Salud y Acción Social de la Cámara de Diputados aprobó tres dictámenes para regular la fertilización asistida y su inclusión en el Programa Médico Obligatorio (PMO).
La mayoría de los diputados de la Comisión firmaron un dictamen de mayoría unificado en torno a un proyecto de Silvia Majdalani. Ivana Bianchi y Mario Fiad rubricaron sendos proyectos en minoría. Bianchi aseguró que Mónica Torfe, ausente, había asegurado la firma para su iniciativa.
La primera en pedirle la palabra al titular de la Comisión, Antonio Morante, fue justamente Bianchi. La legisladora puntana explicó que la técnica de fertilidad, según su proyecto, solamente se aplicará en los casos de infertilidad diagnosticada. De esa manera quedan afuera de toda posibilidad las parejas homosexuales. También su iniciativa propone que se extraigan no más de tres embriones, que deberán ser implantados. Para poder someterse al tratamiento, exige, la pareja deberá dar prueba de que mantienen una relación estable de tres años como mínimo. Además deberán ser mayores de edad y estar en una edad reproductiva.
“No estoy de acuerdo con la donación de gametos para evitar la comercialización y porque un hijo tiene derecho a saber su identidad”, inició Bianchi el tema más polémico y continuó expresando su oposición a la criopreservación de embriones.
El único cruce de la tarde fue protagonizado por Bianchi y Majdalani. Cuando la representante de los Rodríguez Saá terminó de exponer, la mujer del PRO afirmó su adhesión al dictamen de mayoría y anunció que iba a remarcar algunas cosas sobre la propuesta de su colega. Pero Bianchi saltó sulfurada diciendo que ella no estaba en esa sala para debatir sino para exponer su proyecto y que no se lo objete. Entonces Majdalani optó por dirigirse directamente a Morante y plantearle las objeciones a él.
“¿Cómo se sabe cuándo una relación es estable y por qué esperar tres años si la infertilidad se puede diagnosticar antes?”, comenzó la legisladora del PRO a objetar el dictamen de minoría. Señaló además que la edad hasta la que se puede realizar el tratamiento debe fijarla cada médico de acuerdo a su paciente y que con respecto a la criopreservación de embriones “tenemos que pensar que una mujer de 40 años que ya no ovula como una mujer más joven logra producir una determinada cantidad de óvulos. La lógica es que esos óvulos conseguidos mediante un tratamiento con medicación se congelen ya que en todo el mundo está desaconsejado implantar muchos embriones en el útero”.
Por su parte, el otro disidente de firmar en mayoría, Mario Fiad, anunció antes de leer su predictamen que no era su objetivo obstaculizar el debate. Explicó que luego del debate de la semana pasada aceptó eliminar de su proyecto el requisito de que deba documentarse el padecimiento de un trastorno de la fertilidad para poder acceder al tratamiento. Propuso como edad mínima los 18 años y máxima los 50 tanto “por la salud de la mujer como por el interés superior del niño”. Fiad aceptó también eliminar la prohibición de la donación de gametos pero sí sostuvo en su proyecto el requisito de contar con una pareja estable y la prohibición de identificar en los gametos los rasgos genotípicos, es decir, lo que propuso es “que no se elijan a los chicos como en un supermercado”.
Otra diferencia fundamental del proyecto de Fiad con el de la mayoría es en lo que hace a la cobertura por parte de las obras sociales. El radical jujeño propone que las prestaciones en torno a fertilidad se vayan incorporando de manera progresiva. “Nos parece que la legislación debe tener la prudencia de contemplar los derechos de todos. Y no por atender estas técnicas debemos olvidarnos de los grupos más vulnerables que por ejemplo se enferman de dengue en el norte”, intentó justificar.
Entonces Majdalani objetó el requerimiento de una pareja estable porque “en su vida privada cada uno vive como quiere” y remarcó que para ella la obra social debía cubrir el tratamiento en caso de enfermedad y no a cualquier persona que se lo quiera realizar.
Luego, los distintos diputados manifestaron su acuerdo con el dictamen de la mayoría. La representante del GEN, Virginia Linares, advirtió que “el marco regulatorio de ese proyecto es amplio y los especialistas podrán elegir edades y genotipos”.
Por su parte, la radical María Luisa Storani fue la primera en plantear la necesidad de que se quitara el artículo que prohibía el alquiler de vientres ya que “es un tema para regular en la especificidad, por separado”. A ese pedido se sumaron también Graciela Iturraspe, del SI, Mónica Fein del socialismo y Linares. Majdalani manifestó estar de acuerdo y, por eso, pudo cerrarse el debate y firmarse el dictamen de mayoría en el que también se incluye que las obras sociales y las prepagas deberán incluir en su PMO el diagnóstico, tratamiento y cobertura de medicamentos para la infertilidad.
Sin embargo, más allá del final feliz para esta historia que lleva años girando en la Cámara, la reunión estuvo a punto de fracasar por falta de quórum. Ya eran las 14 y Morante iba a anunciar el levantamiento de la Comisión, cuando Eduardo Macaluse propuso darle la palabra a un grupo de vecinos del Conurbano bonaerense que habían acercado una iniciativa para prohibir las antenas de telefonía celular en los lugares donde habían personas debido a que son tóxicas. Morante aceptó “mientras esperamos a ver si vienen algunos diputados más”. Y los diputados fueron llegando. Entre ellos Linares, Fein y Storani que fueron de las últimas en llegar y aseguraron así el quórum.

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