lunes, 8 de mayo de 2017

EL BYPASS CORONARIO CUMPLE 50 AÑOS



Fuente: consensosalud

Lo desarrolló el doctor René Favaloro en 1967, durante su estadía en la Cleveland Clinic. La técnica salvó millones de vidas y revolucionó la cardiología mundial.

bypass
(Perfil.com) Lo desarrolló el doctor René Favaloro en 1967, durante su estadía en la Cleveland Clinic. La técnica salvó millones de vidas y revolucionó la cardiología mundial.
 
El 9 de mayo de 1967, una mujer de 51 años se convirtió en la primera paciente de la historia en someterse a un bypass aortocoronario. Al frente de esta cirugía pionera que se realizó en la Cleveland Clinic de Ohio, Estados Unidos, estaba un argentino: el cardiocirujano René Favaloro. Cincuenta años más tarde, la técnica que revolucionó la cardiología mundial y salvó millones de vidas sigue vigente: sólo en la Fundación Favaloro (FF) se hicieron más de 13 mil bypasses en 25 años
 
“Hasta que Favaloro introdujo el concepto de revascularización miocárdica, que es llevar de nuevo sangre y oxígeno al corazón a través del bypass, prácticamente lo único que había para pacientes con enfermedad coronaria era: los nitritos como medicación e indicar menos actividad física. Uno de los cambios fundamentales es que el paciente puede vivir más y con mejor calidad de vida. Y revolucionó la medicina cardiovascular”, dijo a PERFIL Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.
 
En 1962, Favaloro se trasladó a la Cleveland Clinic por consejo de su profesor José María Mainetti  y se incorporó al Servicio de Cirugía Torácica y Cardiovascular de ese centro. Por ese entonces, para tratar a los pacientes con insuficiencia coronaria aguda (obstrucción de arterias) se utilizaban dos técnicas: implantes de arteria mamaria interna y parches de pericardio.
 
 “Una de las consecuencias de la enfermedad coronaria es que la placa se rompa y el paciente haga un infarto y muera. En aquel momento, para reparar la obstrucción lo que se hacía era abrir al paciente y ponerle un parche. Cuanto más grande era la lesión, mayor riesgo. No había aspirina, antiagregantes, estatinas, nada. Con la técnica del parche de pericardio se obtenían resultados aceptables en la coronaria derecha, pero en la izquierda había una alta mortalidad”, explicó Roberto Favaloro, presidente de la FF y sobrino de René.
 
Favaloro resolvió el problema implantando “puentes” aortocoronarios de vena safena. Utilizó por primera vez la técnica en 1967, y en 1968 publicó el primer trabajo en la literatura mundial sobre el tema en la revista The Annals of Thoracic Surgery. La técnica comenzó a utilizarse rápidamente, pero no estuvo exenta de controversias. “Era costosa y muchos cardiólogos la cuestionaban. Hasta que tres grandes estudios randomizados permitieron concluir, en los 90, que la cirugía del bypass era superior al tratamiento médico”, sostuvo Favaloro.
 
A pesar de la aparición de la angioplastia en los 70, la cirugía sigue siendo la opción más efectiva para los pacientes con enfermedad coronaria difusa de múltiples vasos. “En aquellos con menos enfermedad coronaria, hoy es mucho más aplicable la angioplastia que la cirugía, que es un procedimiento más invasivo y con una recuperación más larga. Pero los pacientes que siguen teniendo enfermedad difusa en múltiples vasos, donde se debe utilizar una cantidad exagerada de stents, la posibilidad de que se vuelvan a estrechar son más altas”, explicó Mendiz. “A través de las cirugías, los medicamentos y la prevención los cardiólogos hemos prolongado la vida por lo menos diez años”, agregó.
 
Sin embargo, la enfermedad cardiovascular continúa siendo, en el mundo, la principal causa de muerte en adultos, por el aumento de la obesidad, el tabaquismo y la hipertensión. “La prevención debería ser el aspecto más trascendente de nuestra especialidad. Estoy seguro de que, en el futuro, se harán menos angioplastias y cirugías. La prevención, junto con los adelantos en biología molecular y genética, permitirá disminuir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares”, dijo René Favaloro en 1999, durante la Conferencia Internacional sobre la Salud del Corazón en los países en desarrollo.
 
Sus palabras, así como su legado científico, siguen más vigentes que nunca.

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