Fuente: pmfarma.com
Por
Jennifer Varón
Jennifer Varón
En muchas áreas terapéuticas
resulta tan importante conocer la visión del profesional sanitario como
la del principal implicado en todo el proceso: el paciente.
En los últimos tiempos se ha incrementado la tendencia a realizar investigación de mercados centrada en el paciente.
En algunos proyectos se incluye al paciente como único target a investigar, y en otros, como complemento a la investigación con el profesional sanitario.
Gracias a la incorporación del paciente en la investigación, obtenemos una información muy valiosa para el laboratorio farmacéutico siendo ésta un factor clave de éxito para posteriores acciones de marketing. Además, en algunos casos, si los resultados de la investigación se publican (tipo monográficos), pueden ser de gran ayuda para el paciente y familiares y fortalecen el vínculo entre paciente – médico – autor del monográfico (laboratorio farmacéutico, asociación de pacientes, fundación…).
Se utilizan distintas metodologías y enfoques para obtener la información directa o indirectamente del paciente.
Cuando la finalidad es obtener la información de manera directa, el investigador contacta y realiza la entrevista al paciente, por el contrario, si se requiere conseguir de manera indirecta, se recogerá a través del colectivo médico.
La elección de la metodología más adecuada (o la combinación de ellas) va directamente relacionada con los objetivos a investigar y el target a estudiar.
Si los objetivos planteados tienen que ver con actitudes, vivencias y percepción del paciente frente a la patología, estudiar cómo inciden los tratamientos en su calidad de vida, valorar necesidades que no están no cubiertas o identificar a partir del análisis de la información posibles recursos para vivir / convivir con la patología; entre muchos otros; lo óptimo será obtener la información de manera directa a través de una investigación cualitativa.
Si el objetivo es conocer la dimensión del mercado (número de pacientes) de una determinada patología, analizar el patient flow, conocer el potencial del lanzamiento de un nuevo fármaco o, por ejemplo, obtener una segmentación estratégica o un estudio de imagen y posicionamiento de nuestro fármaco frente al resto de oferta, será necesario realizar una investigación cuantitativa y obtener información del paciente de manera indirecta (a través del médico).
Se diseñan técnicas a medida según las necesidades que se plantean en el estudio.En ocasiones, nos desplazamos al hogar del paciente cuando, entre otros, los objetivos de la investigación tienen que ver con hábitos de preparación y toma del fármaco o queremos captar dinámicas interfamiliares o, también, cuando el estadio de la enfermedad es avanzado. A este tipo de estudio le llamamos “Etno-Patient”.
En otros casos, cuando el tema a abordar es delicado e íntimo, buscamos un lugar neutral que permita aislar al paciente de su contexto y entorno habitual para que se genere un clima distendido y de confidencialidad. En estos casos realizamos entrevistas, por ejemplo, en la suite de un hotel.
A veces, es necesario conocer las vivencias del paciente pero también de los familiares que le rodean, con lo que se realiza una metodología “tándem” en la que acuden juntos a la entrevista pero estas realizan de manera independiente. Esta metodología asegura un discurso vinculado a la familia pero intimista e introspectivo.
Complementariamente, cuando participan Asociaciones de Pacientes, éstas contribuyen a ofrecer una visión colectiva de la enfermedad y hacernos comprender necesidades y demandas no cubiertas.
Para determinar dimensiones de mercado y pautas de tratamiento, habitualmente se solicita que el médico cumplimente fichas de pacientes donde se obtiene información a partir de registros reales.
Normalmente, las fichas de pacientes forman parte de una fase complementaria dentro del proceso de investigación con el personal sanitario, por lo que en una misma investigación se consigue información relacionada con el colectivo médico, sus pautas de tratamiento y prescripción e información del paciente.
Gracias a las fichas, el médico nos indica lo que realmente prescribe o las pruebas de diagnóstico que realmente hace según cada caso, por lo que se convierte en una metodología muy objetiva para cuantificar datos. También son muy útiles cuando estudiamos patologías con una prevalencia baja.
En una investigación combinada con fichas de pacientes y personal sanitario obtenemos un análisis muy profundo con bases de datos diferenciadas que aportan información independiente y complementaria al mismo tiempo.
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