Fuente: DiarioMedico.com
Las mujeres solteras que deciden ser madre suelen hacerlo a una edad avanzada por diversos motivos, entre los que destacan la estabilidad económica y laboral y el cansancio que provoca esperar a una pareja para llevar a cabo ese objetivo. Pero tanto en este caso como en el de las mujeres homosexuales, se encuentran puntos convergentes que tienen que ver con la decisión de ser madres. Por un lado, el deseo de procrear se desarrolla por la posibilidad de trasmitir ideas y valores, porque significa un paso hacia la madurez o porque es un papel más de la vida. Y en segundo lugar, y quizá el punto más importante, en ambos casos es la mujer quien hace frente a la presión social.
Soledad Chamorro, psicologa del IVI Madrid, sostiene que "los tratamientos de reproducción asistida han revolucionado la medicina, pero que en su práctica intervienen cuestiones éticas que no son favorables, ya que hay culturas y religiones que consideran que "violan las leyes divinas".
"Los tratamientos de reproducción asistida han revolucionado la medicina, pero hay religiones y culturas que consideran que violan las leyes divinas" Además, hay que tener en cuenta que estos tratamientos no siempre son satisfactorios y que, en muchas ocasiones, parece que lo más difícil es tomar la decisión de someterse a alguno de ellos, por lo que si no se obtienen los resultados esperados es más que probable que surjan perjuicios de tipo psicológico. "Sigue vigente la idea errónea de la facilidad para tener hijos, de que vivimos en una sociedad con una fertilidad fuerte, por lo que si no se consiguen los objetivos previstos podemos sufrir episodios de desgaste emocional por querer ser madre y no poder, lo que puede conducir al miedo e incertidumbre. Todo esto desemboca en un shock inicial, una situación de crisis manifiesta, negación de la pérdida, depresión y, finalmente, la aceptación", sostiene Chamorro. "En parejas homosexuales se maximizan los problemas, el sentimiento de soledad y de aislamiento".
Por último, es importante contar con la figura del psicólogo, que lo que pretende es mantener una relación de ayuda con el paciente, de apoyo y asesoramiento. "Además del apoyo, los profesionales debemos informar sobre la infertilidad, intentar que disminuyan los pensamientos negativos de la mujer y aumentar su capacidad comunicativa", declara Chamorro.
"Sigue vigente la idea errónea de la facilidad para tener hijos, de que vivimos en una sociedad con una fertilidad fuerte, por lo que si no se consiguen los objetivos previstos podemos sufrir episodios de desgaste emocional"
En cuanto a la legislación, es importante señalar que en el momento en el que se empiezan a realizar tratamientos de reproducción asistida en España no existía un marco legal, por lo que fueron surgiendo los problemas a medida que se avanzaba científicamente. "La primera ley europea que trataba este tema se promulgó en 1988 y con ella se consiguió dar seguridad jurídica a los profesionales, padres, madres, donantes e hijos. Pero en el momento que vio la luz surgieron nuevos avances y nuevos problemas, como qué hacer con los embriones sobrantes", asegura Jose Alberto Cabañes, diputado del PSOE en las Comisiones de Igualdad y Sanidad.
En 2003, durante la segunda legislatura del PP, se intentaron atajar algunos de estos problemas "permitiendo la reproducción de un máximo de tres ovocitos, a lo que se opuso la comunidad científica por dificultar la práctica de estos tratamientos", sostiene Cabañes. La ley de 1988 establecía que los embriones congelados no podían implantarse pasados cinco años desde su creación, pero no decía qué hacer con ellos una vez caducados. Lo que pretendía la ley de 2003 es que los miles de embriones sobrantes de la fecundación in vitro se empleasen como fuente de células madre, lo que favorecería el avance en los tratamientos de patologías como la diabetes, el Alzheimer y el Parkinson, entre otras, y el trasplante de órganos creados en laboratorio.
Es importante contar con la figura del psicólogo, que lo que pretende es mantener una relación de ayuda con el paciente
Sin embargo, es importante reparar en que esta legislación aboga por la investigación de los embriones que sobraban, única y exclusivamente, en el momento de aprobarse, puesto que su pretensión consistía en reducir los embriones sobrantes. "En la ley de 2003 se recogía la posibilidad de que algunos embriones sirvieran para investigar, pero se establecieron unas limitaciones que dificultaban notablemente su uso y el estudio con los embriones quedó relegado a casos excepcionales", sostiene Cabañes.
En la actualidad rige la ley que se promulgó en 2006, que suprime la limitación de los tres ovocitos, dejando la decisión de cuántos utilizar a los médicos. En el caso de los embriones sobrantes, es la mujer quien decide qué hacer con ellos, lo que deja la puerta abierta a investigaciónes centradas en la prevención y tratamiento de enfermedades hereditarias. "Uno de los objetivos que perseguimos es que la reproducción asistida deje de correr a cuenta del Sistema Nacional de Sanidad sólo en los casos en que se demuestre que la mujer es infertil, lo que deja fuera de esta prestación a aquellas personas que decidan quedarse embarazadas siendo solteras o a las parejas homosexuales", manifiesta Cabañes.
Pese a no haber ninguna partida dedicada a estos temas en la Ley General de Presupuestos Generales, Cabañes afirma que están trabajando en muchos aspectos y revisando la actual ley en su totalidad, no sólo para mejorar los temas ya citados, sino también para tratar el problema existente con la baja por paternidad en el caso de parejas homosexuales o el registro como madre del recién nacido de la mujer que no ha dado a luz.
Proceso de donación
Pese a que la OMS establece que la edad permitida para donantes varones se encuentra entre los 18 y los 50 años, ambos incluidos, el IVI limita en 35 la edad máxima; la misma que en el caso de la donación de óvulos por parte de las mujeres.
En cuanto a la donación de semen, el proceso abarca una serie de pasos:
1-Publicidad en prensa, radio e internet sobre los centros de donación
2-Entrevista personal
3-Selección de candidatos a través de pruebas clínicas, de laboratorio, genéticas y psicológicas
-Aceptación de los candidatos y nueva entrevista personal
5-Seguimiento del proceso de donación y conservación de las muestras
6-Análisis finales previos a la donación
7-Elección de candidatos
"Una cosa que hay que tener en cuenta es que este proceso es un tanto pesado, ya que su duración es de varios meses, y que los donantes lo hacen de forma altruista, de ahí que haya que cuidarlos casi tan bien como lo hacemos con nuestras pacientes", declara Alberto Pacheco, director del Laboratorio de Andrología del IVI Madrid.
Las mujeres solteras que deciden ser madre suelen hacerlo a una edad avanzada por diversos motivos, entre los que destacan la estabilidad económica y laboral y el cansancio que provoca esperar a una pareja para llevar a cabo ese objetivo. Pero tanto en este caso como en el de las mujeres homosexuales, se encuentran puntos convergentes que tienen que ver con la decisión de ser madres. Por un lado, el deseo de procrear se desarrolla por la posibilidad de trasmitir ideas y valores, porque significa un paso hacia la madurez o porque es un papel más de la vida. Y en segundo lugar, y quizá el punto más importante, en ambos casos es la mujer quien hace frente a la presión social.
Soledad Chamorro, psicologa del IVI Madrid, sostiene que "los tratamientos de reproducción asistida han revolucionado la medicina, pero que en su práctica intervienen cuestiones éticas que no son favorables, ya que hay culturas y religiones que consideran que "violan las leyes divinas".
"Los tratamientos de reproducción asistida han revolucionado la medicina, pero hay religiones y culturas que consideran que violan las leyes divinas" Además, hay que tener en cuenta que estos tratamientos no siempre son satisfactorios y que, en muchas ocasiones, parece que lo más difícil es tomar la decisión de someterse a alguno de ellos, por lo que si no se obtienen los resultados esperados es más que probable que surjan perjuicios de tipo psicológico. "Sigue vigente la idea errónea de la facilidad para tener hijos, de que vivimos en una sociedad con una fertilidad fuerte, por lo que si no se consiguen los objetivos previstos podemos sufrir episodios de desgaste emocional por querer ser madre y no poder, lo que puede conducir al miedo e incertidumbre. Todo esto desemboca en un shock inicial, una situación de crisis manifiesta, negación de la pérdida, depresión y, finalmente, la aceptación", sostiene Chamorro. "En parejas homosexuales se maximizan los problemas, el sentimiento de soledad y de aislamiento".
Por último, es importante contar con la figura del psicólogo, que lo que pretende es mantener una relación de ayuda con el paciente, de apoyo y asesoramiento. "Además del apoyo, los profesionales debemos informar sobre la infertilidad, intentar que disminuyan los pensamientos negativos de la mujer y aumentar su capacidad comunicativa", declara Chamorro.
"Sigue vigente la idea errónea de la facilidad para tener hijos, de que vivimos en una sociedad con una fertilidad fuerte, por lo que si no se consiguen los objetivos previstos podemos sufrir episodios de desgaste emocional"
En cuanto a la legislación, es importante señalar que en el momento en el que se empiezan a realizar tratamientos de reproducción asistida en España no existía un marco legal, por lo que fueron surgiendo los problemas a medida que se avanzaba científicamente. "La primera ley europea que trataba este tema se promulgó en 1988 y con ella se consiguió dar seguridad jurídica a los profesionales, padres, madres, donantes e hijos. Pero en el momento que vio la luz surgieron nuevos avances y nuevos problemas, como qué hacer con los embriones sobrantes", asegura Jose Alberto Cabañes, diputado del PSOE en las Comisiones de Igualdad y Sanidad.
En 2003, durante la segunda legislatura del PP, se intentaron atajar algunos de estos problemas "permitiendo la reproducción de un máximo de tres ovocitos, a lo que se opuso la comunidad científica por dificultar la práctica de estos tratamientos", sostiene Cabañes. La ley de 1988 establecía que los embriones congelados no podían implantarse pasados cinco años desde su creación, pero no decía qué hacer con ellos una vez caducados. Lo que pretendía la ley de 2003 es que los miles de embriones sobrantes de la fecundación in vitro se empleasen como fuente de células madre, lo que favorecería el avance en los tratamientos de patologías como la diabetes, el Alzheimer y el Parkinson, entre otras, y el trasplante de órganos creados en laboratorio.
Es importante contar con la figura del psicólogo, que lo que pretende es mantener una relación de ayuda con el paciente
Sin embargo, es importante reparar en que esta legislación aboga por la investigación de los embriones que sobraban, única y exclusivamente, en el momento de aprobarse, puesto que su pretensión consistía en reducir los embriones sobrantes. "En la ley de 2003 se recogía la posibilidad de que algunos embriones sirvieran para investigar, pero se establecieron unas limitaciones que dificultaban notablemente su uso y el estudio con los embriones quedó relegado a casos excepcionales", sostiene Cabañes.
En la actualidad rige la ley que se promulgó en 2006, que suprime la limitación de los tres ovocitos, dejando la decisión de cuántos utilizar a los médicos. En el caso de los embriones sobrantes, es la mujer quien decide qué hacer con ellos, lo que deja la puerta abierta a investigaciónes centradas en la prevención y tratamiento de enfermedades hereditarias. "Uno de los objetivos que perseguimos es que la reproducción asistida deje de correr a cuenta del Sistema Nacional de Sanidad sólo en los casos en que se demuestre que la mujer es infertil, lo que deja fuera de esta prestación a aquellas personas que decidan quedarse embarazadas siendo solteras o a las parejas homosexuales", manifiesta Cabañes.
Pese a no haber ninguna partida dedicada a estos temas en la Ley General de Presupuestos Generales, Cabañes afirma que están trabajando en muchos aspectos y revisando la actual ley en su totalidad, no sólo para mejorar los temas ya citados, sino también para tratar el problema existente con la baja por paternidad en el caso de parejas homosexuales o el registro como madre del recién nacido de la mujer que no ha dado a luz.
Proceso de donación
Pese a que la OMS establece que la edad permitida para donantes varones se encuentra entre los 18 y los 50 años, ambos incluidos, el IVI limita en 35 la edad máxima; la misma que en el caso de la donación de óvulos por parte de las mujeres.
En cuanto a la donación de semen, el proceso abarca una serie de pasos:
1-Publicidad en prensa, radio e internet sobre los centros de donación
2-Entrevista personal
3-Selección de candidatos a través de pruebas clínicas, de laboratorio, genéticas y psicológicas
-Aceptación de los candidatos y nueva entrevista personal
5-Seguimiento del proceso de donación y conservación de las muestras
6-Análisis finales previos a la donación
7-Elección de candidatos
"Una cosa que hay que tener en cuenta es que este proceso es un tanto pesado, ya que su duración es de varios meses, y que los donantes lo hacen de forma altruista, de ahí que haya que cuidarlos casi tan bien como lo hacemos con nuestras pacientes", declara Alberto Pacheco, director del Laboratorio de Andrología del IVI Madrid.
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