La empatía clínica es un elemento esencial para la calidad asistencial. Permite la adherencia al tratamiento del enfermo y reduce la mala praxis.
El Mundo, España
Patricia Matey
Madrid
La habilidad para ponerse en el lugar del otro, comunicarse con él y comprenderle para poder actuar de la forma que más le puede ayudar debería ser el pan de cada día en la práctica clínica. Vamos, que los médicos deberían tener más comunicación empática con sus enfermos.
Ésta es la visión de Robert Buckman, del Centro del Cáncer de Ontario (Canadá), y su equipo. En un análisis publicado en la revista 'Journal of Canadian Medical Association', reconocen que la empatía clínica es un elemento esencial de la calidad asistencial que mejora la satisfacción del enfermo, su adherencia al tratamiento y reduce la mala praxis. Sin embargo, no se practica a menudo.
Un ejemplo. Un reciente estudio publicado en el 'Journal of Clinical Oncology' en el que un grupo de oncólogos fue grabado en vídeo mientras hablaba con sus pacientes mostró que a los médicos 'les cuesta' desplegar su empatía.
"Los momentos en los que los pacientes expresaron sus emociones (con afirmaciones como 'no tengo nada que esperar') fueron a menudo pasados por alto por los galenos. De los aproximadamente 200 de esos momentos, llamados 'oportunidades de empatía', los expertos respondieron dedicando el 22% del tiempo, mientras que optaron por discutir otros aspectos (como cambios en la terapia) el resto de la consulta. Los especialistas reconocieron o exploraron solamente el 11% de esas oportunidades de empatía", destaca el artículo.
Los motivos
Para los científicos canadienses existen múltiples explicaciones para "los relativos bajos niveles de 'comunicación empática' que evidencian estudios como el mencionado. Hasta hace poco, las habilidades para el desarrollo de la empatía no formaban parte de la formación de los sanitarios. Como resultado, los médicos no han recibido el 'entrenamiento' suficiente para desarrollar y mejorar las habilidades interpersonales en el cuidado centrado en el paciente", destacan los autores canadienses.
En su opinión, "nuestra profesión necesita ahora incorporar la enseñanza de la empatía clínica más rápidamente en la práctica clínica y en todos los niveles, empezando por la selección de los candidatos a entrar en las facultades de Medicina. Asimismo, sería un buen inicio la inclusión de la enseñanza formal en el asesoramiento de la capacidad de ponerse en el lugar de los demás para los estudiantes y su refuerzo con programas de formación continuada".
En España
Afortunadamente, los médicos españoles parace que han tomado la delantera en este campo. Vicente Priento, vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, reconoce que las cosas están cambiando y a buen ritmo. "Los médicos son un colectivo muy amplio, pero desde hace 10 años se está produciendo un transformación en la relación con los pacientes. Antes, se ponía un número en la puerta de la habitación y ahora se coloca el nombre del enfermo. Antes, las visitas en planta eran rápidas y ahora casi se sientan en la cabecera del enfermo".
Se trata, según este especialista, de "saber hablar con los pacientes y tener una implicación afectiva con ellos. Contarles, sobre todo en los casos de enfermedades graves y largas, que saben por la dificultad que está pasando, pero que esa persona tiene la fuerza y la entereza para seguir adelante. La comprensión es fundamental".
Reconoce que se imparten cursos de habilidades sociales, a petición de los distintos colectivos sanitarios en los que "se les enseña cómo deben de hablar, en qué tono, la necesidad de mantener contacto vísual y físico con el enfermo, cómo informar... y a tener una implicación afectiva con ellos. Se trata de ir más allá de los tratamientos".
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