Fuente: Diariomedico.com
La crisis y la persistencia de Inglaterra, Alemania y los países nórdicos han hecho que la reforma de la directiva de trabajo vuelva a la Eurocámara. La UE piensa establecer jornadas laborales voluntarias de hasta 62 horas, una propuesta que puede contentar a los agentes sociales.
Da la sensación de que la reforma de la directiva sobre el tiempo de trabajo que lleva ya siete años sobre la mesa de los parlamentarios europeos seguirá viva hasta que sea una herramienta eficaz para afrontar la crisis económica y de recursos humanos sanitarios que azota al viejo continente. A pesar del voto en contra en abril de 2008, la presión de las circunstancias y la persistencia de Inglaterra, Alemania y los países nórdicos han hecho que se presente una nueva propuesta legislativa que ahora valoran los agentes sociales y que podría ser votada en marzo.
Según las fuentes consultadas por Diario Médico, la Comisión Europea plantea en este momento dos grandes opciones sobre la remodelación de esta conflictiva norma laboral: o hacer una revisión global o revisar sólo los aspectos más polémicos de la directiva, que son el tiempo de guardia y los descansos compensatorios.
Sobre la atención continuada, la nueva propuesta insiste en la necesidad de que sólo no se compute como tiempo de guardia el dedicado a la espera entre avisos, a pesar de que, como destaca el vicepresidente primero de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS), Carlos Amaya, "el médico esté disponible y atento a la demanda de los pacientes". La opinión del dirigente sindical es que "este punto volverá a ser rechazado, porque "es injusto". Según Amaya, si sale adelante este nuevo modelo de consideración de las guardias "la norma acabará seguramente en los tribunales europeos".
Descansos y flexibilidad
Con respecto al descanso compensatorio, el vicepresidente de FEMS considera que "no se puede cuestionar el descanso inmediato tras una guardia. Esto es de sentido común". La propuesta política cerrada en el pasado mes de diciembre reclama más flexibilidad con los descansos como una forma más de gestionar los recursos humanos sanitarios en momentos difíciles.
Amaya cree además que la presión de algunos países puede lograr también la aprobación de la ampliación de la jornada laboral de 48 horas semanales (opt-out). Al parecer, los grupos parlamentarios de la Eurocámara y las propuestas de los agentes sociales coinciden en que se debe ofrecer la posibilidad de incrementar la jornada de trabajo de manera voluntaria, pero es necesario establecer un límite máximo de dedicación que podría estar en las 62 horas. Esta opción, siempre que quede claro que la ampliación es voluntaria y que después debe ser ratificada por los Estados miembros, "que deben ser soberanos para trasladar este apartado de la directiva a sus países", según Amaya, puede contar con el respaldo sindical y, por ende, con el visto bueno de la mayoría de la cámara.
La crisis preocupa desde hace tiempo a los sistemas sanitarios europeos, pero ahora exige abordajes más tajantes. El contexto económico y social por el que pasa el continente puede hacer que esta vez se dé luz verde a una norma casi eterna.
¿Perder la batalla, pero no la guerra?
José Ramón Huerta, presidente del Colegio de Médicos de Soria, es el responsable del Área Internacional de la Organización Médica Colegial.
Los temas europeos se los sabe al dedillo. Según él, la crisis económica y el déficit de médicos en Europa forman parte del contexto en el que resurge este debate; sin embargo, él cree que la directiva vuelve con brío a la Eurocámara porque Inglaterra y Alemania no aceptan la derrota que sufrieron en 2008.
En su opinión, "son conscientes de que perdieron una batalla, pero no están dispuestos a perder la guerra". Huerta dice que el eurodiputado socialista Alejandro Cercas, ponente español de la directiva, está convencido de que acabarán saliendo adelante estas polémicas medidas que pueden perjudicar la calidad y la seguridad del trabajo del médico.
Ahora no tiene muy claro cómo puede resultar la votación definitiva: "La otra vez ganamos por un margen muy estrecho, y el mapa político ha cambiado en la UE".
La crisis y la persistencia de Inglaterra, Alemania y los países nórdicos han hecho que la reforma de la directiva de trabajo vuelva a la Eurocámara. La UE piensa establecer jornadas laborales voluntarias de hasta 62 horas, una propuesta que puede contentar a los agentes sociales.
Da la sensación de que la reforma de la directiva sobre el tiempo de trabajo que lleva ya siete años sobre la mesa de los parlamentarios europeos seguirá viva hasta que sea una herramienta eficaz para afrontar la crisis económica y de recursos humanos sanitarios que azota al viejo continente. A pesar del voto en contra en abril de 2008, la presión de las circunstancias y la persistencia de Inglaterra, Alemania y los países nórdicos han hecho que se presente una nueva propuesta legislativa que ahora valoran los agentes sociales y que podría ser votada en marzo.
Según las fuentes consultadas por Diario Médico, la Comisión Europea plantea en este momento dos grandes opciones sobre la remodelación de esta conflictiva norma laboral: o hacer una revisión global o revisar sólo los aspectos más polémicos de la directiva, que son el tiempo de guardia y los descansos compensatorios.
Sobre la atención continuada, la nueva propuesta insiste en la necesidad de que sólo no se compute como tiempo de guardia el dedicado a la espera entre avisos, a pesar de que, como destaca el vicepresidente primero de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS), Carlos Amaya, "el médico esté disponible y atento a la demanda de los pacientes". La opinión del dirigente sindical es que "este punto volverá a ser rechazado, porque "es injusto". Según Amaya, si sale adelante este nuevo modelo de consideración de las guardias "la norma acabará seguramente en los tribunales europeos".
Descansos y flexibilidad
Con respecto al descanso compensatorio, el vicepresidente de FEMS considera que "no se puede cuestionar el descanso inmediato tras una guardia. Esto es de sentido común". La propuesta política cerrada en el pasado mes de diciembre reclama más flexibilidad con los descansos como una forma más de gestionar los recursos humanos sanitarios en momentos difíciles.
Amaya cree además que la presión de algunos países puede lograr también la aprobación de la ampliación de la jornada laboral de 48 horas semanales (opt-out). Al parecer, los grupos parlamentarios de la Eurocámara y las propuestas de los agentes sociales coinciden en que se debe ofrecer la posibilidad de incrementar la jornada de trabajo de manera voluntaria, pero es necesario establecer un límite máximo de dedicación que podría estar en las 62 horas. Esta opción, siempre que quede claro que la ampliación es voluntaria y que después debe ser ratificada por los Estados miembros, "que deben ser soberanos para trasladar este apartado de la directiva a sus países", según Amaya, puede contar con el respaldo sindical y, por ende, con el visto bueno de la mayoría de la cámara.
La crisis preocupa desde hace tiempo a los sistemas sanitarios europeos, pero ahora exige abordajes más tajantes. El contexto económico y social por el que pasa el continente puede hacer que esta vez se dé luz verde a una norma casi eterna.
¿Perder la batalla, pero no la guerra?
José Ramón Huerta, presidente del Colegio de Médicos de Soria, es el responsable del Área Internacional de la Organización Médica Colegial.
Los temas europeos se los sabe al dedillo. Según él, la crisis económica y el déficit de médicos en Europa forman parte del contexto en el que resurge este debate; sin embargo, él cree que la directiva vuelve con brío a la Eurocámara porque Inglaterra y Alemania no aceptan la derrota que sufrieron en 2008.
En su opinión, "son conscientes de que perdieron una batalla, pero no están dispuestos a perder la guerra". Huerta dice que el eurodiputado socialista Alejandro Cercas, ponente español de la directiva, está convencido de que acabarán saliendo adelante estas polémicas medidas que pueden perjudicar la calidad y la seguridad del trabajo del médico.
Ahora no tiene muy claro cómo puede resultar la votación definitiva: "La otra vez ganamos por un margen muy estrecho, y el mapa político ha cambiado en la UE".
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