sábado, 4 de junio de 2011

EL FUTURO DE LA ASISTENCIA SANITARIA Y DE LA ATENCIÓN A PERSONAS MAYORES EN EUROPA



FUENTE: europa.eu
Los sistemas de asistencia sanitaria nacionales se enfrentan a tres grandes retos comunes debido a que la población europea envejece, la atención sanitaria, cada vez más eficaz, es igualmente más costosa y los pacientes, los verdaderos usuarios de la asistencia sanitaria, cada vez más exigentes. Frente a estos tres retos, la Comisión propone tres objetivos a largo plazo: el acceso a la atención sanitaria para todos, un alto nivel de calidad de la oferta de asistencia y la sostenibilidad financiera de los sistemas nacionales de la salud.



ACTO

Comunicación de la Comisión, de 5 de diciembre de 2001, titulada «El futuro de la asistencia sanitaria y de la atención a las personas mayores: garantizar la accesibilidad, la calidad y la sostenibilidad financiera» [COM (2001) 723 final - no publicada en el Diario Oficial].



SÍNTESIS

En la Unión Europea, la sanidad en general y los sistemas de asistencia gozan de una situación excepcional a nivel mundial gracias a la generalización de la cobertura del riesgo de enfermedad-invalidez, al incremento del nivel de vida, la mejora de las condiciones de vida y una mejor educación en materia de salud.

El gasto global de sanidad aumentó desde aproximadamente el 5 % del PIB en 1970 hasta superar el 8 % en 1998. El gasto público de sanidad ha seguido el mismo ritmo de crecimiento superior al PIB en numerosos países.



LOS RETOS COMUNES A TODOS LOS SISTEMAS DE ASISTENCIA SANITARIA DE LA UNIÓN EUROPEA



Impacto del envejecimiento demográfico en los sistemas y los gastos



El envejecimiento demográfico en Europa presenta dos aspectos:



desde 1970, un aumento de la esperanza de vida al nacer de 5,5 años para las mujeres y de cerca de 5 años para los hombres. Esta evolución también se traduce en un incremento de la esperanza de vida «en buen estado de salud» o sin discapacidad;

un aumento del número de personas de edad avanzada. En la población europea, el porcentaje de personas mayores de 65 años pasará de un 16,1 % en 2000 a un 27,5% en 2050, mientras que los mayores de 80 años que representaban un 3,6 % de la población en 2000, alcanzarán un 10 % en 2050.

Si se confirman las hipótesis de Eurostat, los gastos públicos de asistencia sanitaria podrían experimentar, durante el periodo 2000-2050, un incremento de 0,7 a 2,3 puntos del PIB.

De este modo, el incremento del número de personas de esas categorías de edad provocará nuevas solicitudes de asistencia de larga duración.

En vista de estas necesidades, deberán evolucionar las estructuras de atención sanitaria, las modalidades de financiación y la organización de la oferta. Hará falta en particular, paliar la creciente necesidad de mano de obra cualificada, ya que las estructuras familiares más reducidas y más inestables permiten cada vez menos apoyarse en las redes familiares de solidaridad.



Desarrollo de nuevas tecnologías y terapias



La evolución de las tecnologías médicas (terapias génicas, cultivo de órganos, nuevos medicamentos, etc) aporta ciertas ventajas a los pacientes, como la reducción de riesgos patológicos o los tratamientos preventivos. Sin embargo, estas innovaciones suponen un coste y plantean la cuestión de su financiación. En el contexto del control de gastos, esto obliga a desarrollar mecanismos de evaluación claros, transparentes y eficaces que puedan garantizar la accesibilidad de los nuevos productos o terapias a un mayor número de pacientes.



Desarrollo de las expectativas de los pacientes



Se observa desde hace medio siglo que el aumento de la demanda de atención médica no es proporcional al incremento de la renta per cápita, sino superior. El nivel de vida y el nivel de educación configuran esta demanda. Este fenómeno tiene tres consecuencias:



los pacientes con mejor formación pueden adoptar unas formas de vida más sanos y una actitud de prevención que, a la larga, evitan tener que recurrir a una asistencia costosa. Por eso los sistemas de asistencia sanitaria aumentan sus acciones de prevención y de educación;

los pacientes esperan sistemas de asistencia de una calidad y eficacia crecientes. El desarrollo de las tecnologías de la información les permite estar mejor informados sobre la oferta de servicios a escala europea y poseer más criterios de elección;

los pacientes expresan su deseo de ser considerados socios y actores de los sistemas de asistencia sanitaria por los profesionales de la salud, pero también por las autoridades públicas. Además, esperan más transparencia en los resultados y en la calidad de los servicios sanitarios.

TRES OBJETIVOS A LARGO PLAZO: ACCESIBILIDAD, CALIDAD Y SOSTENIBILIDAD



La organización de los sistemas sanitarios, sus modalidades de financiación (ratio de financiación público-privado) y la planificación de la oferta de atención sanitaria en función de las necesidades de la población son la competencia de los Estados miembros. Sin embargo, esta competencia se ejerce cada vez más en un marco general en el que intervienen numerosas políticas comunitarias (investigación, política de la salud pública, libre circulación de personas y servicios, sostenibilidad de las finanzas públicas).

Esta situación justifica el desarrollo de una cooperación europea.



La Comunicación identifica tres objetivos a largo plazo para los sistemas nacionales, que deberán cumplirse paralelamente.



Accesibilidad



El acceso a la asistencia sanitaria es un derecho inscrito en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Sin embargo, está a menudo condicionada por la posición social de las personas. De este modo, es especialmente necesario asegurar el acceso a la atención médica a los grupos desfavorecidos y a las personas más necesitadas. El informe conjunto de evaluación de los planes nacionales de acción para la inclusión social propone tres categorías de medidas:



desarrollo de la prevención y de la educación en materia de salud (protección materno-infantil, medicina escolar, medicina del trabajo);

una mayor cobertura que puede incluso ser gratuita para las personas con ingresos bajos;

la aplicación de medidas destinadas a grupos desfavorecidos, como las personas que padecen trastornos mentales, los inmigrantes, las personas sin hogar, los alcohólicos o drogodependientes, etc.

Calidad



Para los gobiernos nacionales, proporcionar una asistencia sanitaria de calidad implica obtener la mejor relación posible entre los beneficios para la salud y los costes de los productos o los tratamientos. Este enfoque de la calidad resulta complejo debido a:



la diversidad de estructuras y niveles de oferta de asistencia sanitaria que repercuten en la demanda de la misma y por tanto en el nivel de gastos;

la heterogeneidad de las prácticas terapéuticas.

El estudio comparativo de los sistemas de atención sanitaria y de las prácticas terapéuticas debe permitir la identificación de las «buenas prácticas» y contribuir así a la mejora de la calidad de los sistemas de asistencia sanitaria.



Sostenibilidad financiera



La disponibilidad de una atención sanitaria de calidad para la mayoría exige un cierto nivel de financiación. La presión en alza de los costes de la asistencia sanitaria se hace sentir, independientemente del modo en que se organicen los sistemas de asistencia médica de los Estados miembros. Estos últimos han llevado a cabo reformas desde el comienzo de los años noventa basándose en dos elementos principales:



la regulación de la demanda, el aumento de las cotizaciones o una creciente cobertura de los gastos por parte del consumidor final;

la regulación de la oferta: establecimiento de presupuestos o dotaciones fijas para las prestaciones de asistencia, y la dotación de un carácter «contractual» a los compradores y proveedores de atención sanitaria.

No obstante, a menudo cuesta distinguir a corto plazo los efectos más estructurales de estas reformas que permitan realmente alcanzar un ritmo viable de evolución de los gastos. La presente Comunicación recomienda intensificar los intercambios de experiencias que permitan hacer balance de las políticas emprendidas y constituyan un instrumento útil de comparación y de progreso.



Para alcanzar estos objetivos, es vital que todas las partes implicadas (autoridades públicas, profesionales de la salud, organismos de protección social, organismos de seguros complementarios y usuarios) logren construir asociaciones fuertes.



Contexto



Esta Comunicación es la respuesta a las conclusiones del Consejo Europeo de Lisboa (marzo de 2000), que subrayaron la necesidad de una reforma de los sistemas de protección social para proporcionar servicios de asistencia de calidad. Responde igualmente a la demanda del Consejo Europeo de Gotemburgo (junio de 2001) de establecer un informe para el Consejo Europeo de primavera de 2002 que propusiera orientaciones en materia de asistencia sanitaria y de cuidados para las personas mayores.



Cifras claves del acto



Esperanza de vida en 2000: 74,7 para los hombres y 81,1 para las mujeres

Esperanza de vida en 2050 (previsiones de Eurostat): 79,7 para los hombres y 85,1 para las mujeres

Población europea de más de 65 años en 2000: 16,1 %

Población europea de más de 65 años en 2050: 27,5 %

Población europea de más de 80 años en 2000: 3,6 %

Población europea de más de 80 años en 2050: 10 %



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