miércoles, 29 de junio de 2011

AVANZA UN PROYECTO PARA DEMOCRATIZAR LAS OBRAS SOCIALES EN EL SENADO

Es impulsado por Nito Artaza, con apoyo anti K, y busca recortar el poder de los popes sindicales.
 Fuente: www.ieco.clarin.com
PorMarcelo Helfgot
Escenario

Desde que se bajó de las tablas para subirse a una banca, Eugenio “Nito” Artaza dedicó sus energías a promover proyectos que beneficien a los trabajadores. De ahí que nunca se haya enfrentado a las conducciones gremiales de matriz peronista. Hasta que plantó bandera con una consigna histórica de la UCR. “Si todos sabemos cómo se vota, también debemos atender dónde se vota y a las obras sociales sindicales la democracia nunca llegó ”, asegura el senador correntino.
El proyecto que mañana comenzará a analizarse en la Comisión de Trabajo que encabeza otro radical, el santacruceño Alfredo Martínez, establece que las autoridades de los organismos que atienden la salud de los trabajadores dejará de ser un coto cerrado a los mandamás de las organizaciones sindicales y serán electas por el voto de todos los afiliados que aportan a cada entidad.


El legislador hizo hincapié en que carecen de representación más de un millón de monotributistas que aportan a alguna obra social y no tienen otra actividad en relación de dependencia, más otros tantos que se mantienen al margen de los sindicatos , ya sea por desinterés o porque optaron por transferir sus aportes a una entidad ajena a su rama laboral.
Otros cinco radicales sumaron su firma al proyecto: Martínez, Ramón Mestre, Blanca Monllau, Gerardo Morales y Mario Cimadevilla. Y cuentan con respaldo del resto de la oposición, que domina la Comisión de Trabajo. “Los derechos de los enfermos a ser tratados correctamente y de los sanos a ser cuidada su salud se vuelven abstractos al estar rota la cadena de legitimidad entre quien es beneficiario de una obra social y la conducción de la misma”, sostienen en los fundamentos.
El debate está a punto de despuntar, más allá de las dificultades que encontrará la iniciativa a la hora de toparse con la ajustada mayoría que ostenta el oficialismo en el pleno de la Cámara alta.
Entre los desfasajes que ponen en duda la legitimidad de las autoridades de las obras sociales, Artaza describe dos casos paradigmáticos. El de OSECAC, la obra social de Comercio, donde unos 65 mil afiliados al sindicato eligen a la conducción que manejará los fondos de más de un millón de aportantes al ente de salud . Y el de los comisarios navales, con 124 afiliados sindicales que votan una conducción que manda sobre 230 mil aportantes a la obra social.
Para que la transparencia de esos organismos sea más abarcativa, otro proyecto del senador radical apunta a que todas las obras sociales se vean obligadas a publicar por Internet sus balances, presupuestos de gastos y nómina de proveedores. “La única manera que tienen los afiliados de controlar la administración de su obra social es la cartilla de servicios ”, ironiza Artaza, para quien “es hora de que las obras sociales recuperen el prestigio mancillado por los alanamientos de jueces penales”.

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