COLUMNISTA : Natalio M. Kuperman
FUENTE: eldiariodelarioja.com.ar
FERTILIZACION ASISTIDA DE ALTA COMPLEJIDAD: Hijos aún cuando la concepción natural no sea posible
La fertilización asistida se utiliza en los casos de menopausia precoz, baja o mala respuesta ovocitaria, anovulacion por distitntas causas, mujeres que han realizado quimio o radioterapia.
El mundo entero asistió al "acto inaugural" de la fertilización in vitro el 25 de julio de 1978, fecha en que nació Louise Brown, a quien los medios pronto bautizaron "la primera bebé de probeta".
Quedar embarazadas es aun hoy, para algunas mujeres, una cuestión simple, casi del "destino", mientras que para otras es toda una tarea. En estos casos, llevar adelante y concretar el profundo deseo de ser madres genera una importante sucesión de frustraciones.
Pero ¿qué se puede o debe hacer en esos casos?. Lo principal es entender no sólo a la mujer sino también a su pareja para luego, una vez analizado profundamente su caso en detalle y aplicando toda la experiencia del medico y el centro seleccionado, comenzar a delinear un tratamiento que pueda ayudarlos a concretar lo más rápido y concretamente posible el embarazo y el nacimiento del bebé.
En este sentido, actualmente son muchos los tratamientos que permiten soñar con hijos aún cuando la concepción por vía natural no sea posible. De hecho, el campo de la fertilidad es uno de los que más ha evolucionado en los últimos años, desarrollándose diversos métodos para la obtención de embarazos cuando existen causas de infertilidad.
Hoy, cerca del 30 por ciento de las fertilizaciones asistidas se hacen por medio de la donación de gametas femeninas (óvulos). Mediante este proceso, la mujer que desea el embarazo recibe óvulos de una donante. Estos son fertilizados con el semen de la pareja de la receptora, con una técnica de alta complejidad, que puede ser una fertilización in vitro (FIV) o una inyección intracitoplasmática (ICSI).
Está indicada en mujeres con baja o mala respuesta ovulatoria, en los casos de menopausia precoz o bien cuando ella ha sido sometida a quimio o radioterapia previa.
En los últimos seis años aumentó aproximadamente 40 por ciento la cantidad de parejas que recurren a la ovodonación para tener hijos.
"Cada vez se retrasa más la maternidad, y no es lo mismo buscar un hijo a los 25 que cerca de los 40 años", Según datos de la Sociedad Argentina de Esterilidad e Infertilidad, en la Argentina hay una tasa de infertilidad de entre el 15 y el 20 por ciento. En promedio el primer hijo comienza a buscarse pasados los 30 años. Ante este panorama, cada vez son más quienes optan por algún tipo de fertilización asistida, sobre todo la donación de óvulos, que aseguran presenta una serie de ventajas. En general todas las técnicas de fertilización asistida de alta y baja complejidad van aumentado en número, en accesibilidad y sobre todo en sus buenos resultados, dependiendo de la experiencia del equipo medico y centro seleccionados.
"Los pasos por seguir por la paciente que desea el embarazo son mucho más simples en la ovodonación que en otros tratamientos, ya que no es ella quien recibe la medicación, sino la donante". Además, con este sistema, hay un 60 por ciento de posibilidad de éxito en el embarazo, cifra algo mayor que mediante otros métodos, como la Fertilización in Vitro.
La donante tiene que pasar por una serie de exámenes psicológicos, clínicos, infectológicos y genéticos. Le sigue la etapa de estimulación, que dura un mes, durante la cual la donante tiene que ser inyectada periódicamente. Una vez pasado este período, se le extraen sus óvulos.
Para ser donante, la mayoría de las instituciones requiere que la mujer tenga entre 18 y 35 años, y que ya sea madre de hijos sanos. También se tienen en cuenta ciertas compatibilidades entre la futura madre y la donante, como la raza y el tono de piel y, en algunos casos, más detalles como el color de ojos. El tratamiento no produce riesgo alguno para la donante.
En la Argentina la donación es anónima. "Vale la pena un poco de molestia cuando sabés que estás ayudando a otra mujer a cumplir su sueño de ser madre", es la expresión habitual de muchas donantes.
¿El tercero en discordia?
Uno de los principales aspectos con los que tiene que lidiar la pareja que opte por la ovodonación es el hecho de que su hijo tendrá 50 por ciento de genes provenientes de un tercero. "Lleva tiempo la asimilación, a pesar de que la pena se amortigua tras el nacimiento del hijo", comentan los psicólogos.
Según los psicólogos especializados, "sólo quienes oyeron al médico decir que no pueden tener hijos entienden la tristeza que significa resignar la posibilidad de llevar un bebe en la panza".
Vacío legal
En la Argentina, no existe legislación con respecto a la fertilización asistida. Las entidades médicas han acordado que, en el caso de la donación de gametas, el dador sea anónimo. En otros países, donde sí hay legislación, existe un registro de donantes de óvulos, con fotos y datos personales.
"En estos tratamientos hay dos derechos en juego: el derecho al anonimato del donante y el derecho a la identidad del niño nacido por medio de esta técnica. Los puntos básicos que debería tratar una ley son la garantía de que la donante no tenga ningún tipo de derechos ni deberes con respecto al bebé; que al alcanzar la mayoría de edad, el niño pueda conocer la identidad del dador, y establecer los límites de la compensación para la donante. Además de la cuestión legal y la falta de cobertura, un punto por evaluar cuando se elige la ovodonación es la decisión de contar o no a la familia y amigos y, más difícil aún, la decisión de decírselo o no al niño cuando crezca.
La mayoría de los psicólogos que trabajan en esta área aconseja decir la verdad. Mariela, una mujer de 45 años, no se preocupa por estas cuestiones: "La experiencia de ser madre, de verles la cara y los deditos en las ecografías, supera todos los temores. Lo recomiendo a quienes sueñan con la maternidad y no pueden tener hijos".
8000 tratamientos Es la cantidad que se hacen al año en la Argentina.
15 - 20 % de infertilidad
• Es la tasa de infertilidad que se calcula en parejas argentinas.
En números
• En los últimos seis años, la cantidad de parejas que elige la ovodonación aumentó 40 por ciento.
• Del total de los tratamientos de fertilización asistida, la ovodonación representa alrededor del 30 por ciento.
• Debido a que es un método menos invasivo para la paciente, la ovodonación tiene 60 por ciento de posibilidades de generar un embarazo exitoso.
La herencia genética
Es una de las preocupaciones de quienes optan por la ovodonación, es la posibilidad de que el bebe herede algún tipo de problema genético de la donante.
Cualquier paciente que elija esta técnica puede quedarse completamente tranquila de que a la donante se le realizaron todos los estudios necesarios para asegurarse de que no tuviera ningún tipo de problemas ni enfermedades que se le pudieran transmitir al niño que va a concebirse.
Es más: incluso, se eligen donantes que ya hayan tenido hijos, para asegurarse de que estos bebes nacerán sanos. Tampoco hay evidencias de que el niño pueda tener secuelas psicológicas, aunque, si se decide contarle su origen genético, se recomienda la asistencia de un especialista, como se hace en el caso de los hijos adoptivos.
La elección del centro donde realizar el tratamiento
Además de la edad materna y otros factores antes enumerados es fundamental indagar acerca de la experiencia y los resultados del Centro elegido para llevar a cabo alguna de estas técnicas. En argentina, éstos son autorizados y monitorizados por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER) y cuya página web puede ser consultada www.samer.org.ar.
El Prof. Dr. Natalio M. Kuperman es Especialista en Medicina Reproductiva
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1 comentario:
Un tema que involucra aspectos relacionados con la filiación, sucesión, etc. y que requiere de profundos análisis éticos y bioéticos, que aún no se encuentre regulado y que aparezca en los medios sólo por la necesidad de que tales tratamientos puedan ser incuidos en el PMO, es un déficit muy grave por parte de nuestros legisladores. Yo me pregunto cómo vamos a conciliar, entre otras cosas, el anonimato del donante de gametos frente a la fuerza que ha cobrado en nuestro país, el derecho a conocer la filiación genética de las personas.
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