Fuente: diariolaprovinciaSJ.com
Con un novedoso método, el pequeño Kilian se recupera en el Hospital de Niños de La Plata. Si no recibía el trasplante, tenía una expectativa de vida de un año
Fiama tiene 16 años y la esperanza intacta. Mientras su hijo Kilian Valdemarin, un bebé de apenas 18 meses, evoluciona favorablemente después de haber sido sometido a un trasplante inédito en el país que tuvo lugar en el Hospital de Niños de La Plata y del que participaron médicos de este nosocomio y del Garrahan, Fiama habla de su fe y dice que lo único que quiere es ver a su hijo crecer.
Cuando Kilian tenía apenas seis meses, los médicos le dijeron a Fiama y a Sebastián (los padres del nene , que son de Rosario) que el bebé no viviría más de un año. Le informaron que padecía una enfermedad grave y poco frecuente llamada "inmunodeficiencia combinada severa”. Y la posibilidad de un trasplante salvador se diluía porque Kilian no tiene hermanos, no se consiguieron donante de médula histocompatibles ni en el país ni en el exterior y el tiempo exponía a cada momento al bebé a sufrir una infección que, en su estado, podía resultar fatal.
Fue entonces cuando médicos del hospital de Niños de La Plata y del Hospital Garrahan (los dos únicos hospitales pediátricos públicos que hacen trasplantes de médula en el país) se asociaran para poner en marcha una práctica ya probada en el exterior pero que nunca se había usado en la Argentina.
Para eso le propusieron a la mamá del bebé que fuera la donante, cosa que ella aceptó. Después utilizaron un aparato de última generación para filtrar de la sangre los linfocitos T, células que cumplen un rol clave en los problemas de compatibilidad. De esa manera, a través de la obtención de células madre de alta calidad, se logro reducir las posibilidades de rechazo del trasplante y ampliar las posibilidades de éxito.
Hoy, según la madre de Kilian, el bebé, que a causa de su enfermedad registró un retraso en su crecimiento, comenzó a generar sus propias células inmunes, lo que alienta la esperanza de todos. "La operación representa un avance, porque nunca se había hecho en el país. A los profesionales del Garrahan les correspondió obtener las células madre en las que se filtraron los linfocitos T y a los del Hospital de Niños de La Plata llevar adelante el trasplante, que no fue un trasplante común, porque hubo que tener especiales cuidados con la sangre obtenida y en el seguimiento del paciente”, indicó Adrián Tarditti, presidente del Cucaiba.
Para el director del Hospital de Niños, Reinaldo Reimondi, "lo más importante es que se le pudo dar solución a un caso muy complejo, en el que se sumaban las dificultades: la propia patología, la ausencia de hermanos, la falta de donantes en los bancos aún internacionales. En este marco, el trasplante propiamente dicho es más complejo. Existe una mayor dificultad en el manejo de los hemoderivados y el seguimiento del paciente es mucho mas difícil”.
En la operación realizada en La Plata participaron por el Hospital de Niños médicos de la Sala de Trasplante del hospital, a cargo de la doctora Sandra Formisano; del servicio de Hematología dirigido por la doctora Mónica Martínez y la doctora Alcira Finn, de la sala de inmunocomprometidos, según indicaron fuentes del Hospital.
Mientras tanto, las mismas fuentes destacaron que la evolución de Kilian -cuyos padres son de Rosario, pero están viviendo en La Plata siguiendo de cerca la evolución del bebé- es buena, pero que todavía deberá permanecer internado algunas semanas en el hospital platense.
Fuente: Diario El Día
Con un novedoso método, el pequeño Kilian se recupera en el Hospital de Niños de La Plata. Si no recibía el trasplante, tenía una expectativa de vida de un año
Fiama tiene 16 años y la esperanza intacta. Mientras su hijo Kilian Valdemarin, un bebé de apenas 18 meses, evoluciona favorablemente después de haber sido sometido a un trasplante inédito en el país que tuvo lugar en el Hospital de Niños de La Plata y del que participaron médicos de este nosocomio y del Garrahan, Fiama habla de su fe y dice que lo único que quiere es ver a su hijo crecer.
Cuando Kilian tenía apenas seis meses, los médicos le dijeron a Fiama y a Sebastián (los padres del nene , que son de Rosario) que el bebé no viviría más de un año. Le informaron que padecía una enfermedad grave y poco frecuente llamada "inmunodeficiencia combinada severa”. Y la posibilidad de un trasplante salvador se diluía porque Kilian no tiene hermanos, no se consiguieron donante de médula histocompatibles ni en el país ni en el exterior y el tiempo exponía a cada momento al bebé a sufrir una infección que, en su estado, podía resultar fatal.
Fue entonces cuando médicos del hospital de Niños de La Plata y del Hospital Garrahan (los dos únicos hospitales pediátricos públicos que hacen trasplantes de médula en el país) se asociaran para poner en marcha una práctica ya probada en el exterior pero que nunca se había usado en la Argentina.
Para eso le propusieron a la mamá del bebé que fuera la donante, cosa que ella aceptó. Después utilizaron un aparato de última generación para filtrar de la sangre los linfocitos T, células que cumplen un rol clave en los problemas de compatibilidad. De esa manera, a través de la obtención de células madre de alta calidad, se logro reducir las posibilidades de rechazo del trasplante y ampliar las posibilidades de éxito.
Hoy, según la madre de Kilian, el bebé, que a causa de su enfermedad registró un retraso en su crecimiento, comenzó a generar sus propias células inmunes, lo que alienta la esperanza de todos. "La operación representa un avance, porque nunca se había hecho en el país. A los profesionales del Garrahan les correspondió obtener las células madre en las que se filtraron los linfocitos T y a los del Hospital de Niños de La Plata llevar adelante el trasplante, que no fue un trasplante común, porque hubo que tener especiales cuidados con la sangre obtenida y en el seguimiento del paciente”, indicó Adrián Tarditti, presidente del Cucaiba.
Para el director del Hospital de Niños, Reinaldo Reimondi, "lo más importante es que se le pudo dar solución a un caso muy complejo, en el que se sumaban las dificultades: la propia patología, la ausencia de hermanos, la falta de donantes en los bancos aún internacionales. En este marco, el trasplante propiamente dicho es más complejo. Existe una mayor dificultad en el manejo de los hemoderivados y el seguimiento del paciente es mucho mas difícil”.
En la operación realizada en La Plata participaron por el Hospital de Niños médicos de la Sala de Trasplante del hospital, a cargo de la doctora Sandra Formisano; del servicio de Hematología dirigido por la doctora Mónica Martínez y la doctora Alcira Finn, de la sala de inmunocomprometidos, según indicaron fuentes del Hospital.
Mientras tanto, las mismas fuentes destacaron que la evolución de Kilian -cuyos padres son de Rosario, pero están viviendo en La Plata siguiendo de cerca la evolución del bebé- es buena, pero que todavía deberá permanecer internado algunas semanas en el hospital platense.
Fuente: Diario El Día
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