FUENTE: NACION.CL
El reporte establece que el 56% de las mujeres que participaron en el estudio fueron presionadas por profesionales de la salud para evitar el embarazo.
Francisca (nombre ficticio) tenía 20 años cuando en Curicó un médico la esterilizó sin su consentimiento durante un parto por cesárea en 2002.
“Me enteré al despertar de la anestesia unas horas más tarde (...). Estaba en la sala de recuperación en el Hospital de Curicó, cuando (la enfermera) entró y, después de preguntarme cómo me sentía, me dijo que no podría tener más niños”, cuenta Francisca, que tiene VIH y había tomado todas las medidas necesarias para reducir el riesgo de transmisión vertical a su hijo. Luego agrega “me trataron como si fuera menos que una persona. No fue mi decisión poner fin a mi fertilidad; me la quitaron”
El caso de Francisca no es aislado. El estudio “Dignidad Negada”, realizado entre 2009 y 2010 en la Región Metropolitana, presenta la situación de violaciones de derechos humanos que las mujeres chilenas, portadoras del VIH/ Sida, enfrentan en los establecimientos públicos de salud.
RESPETO Y DIGNIDAD
De hecho, la investigación -presentada por Vivo Positivo y el Centro de Derechos Reproductivos- revela desde la falta respeto de la confidencialidad de la paciente hasta los atrasos en la atención médica y la esterilización forzada, temas no menores si se considera que -actualmente- cerca de 3.200 mujeres viven con el virus del sida en Chile.
Según el reporte, el Estado de Chile ha fallado en proteger los derechos humanos de las mujeres que viven con VIH/Sida en el país, creando un ambiente propicio para que los trabajadores de la salud las discriminen intencionalmente.
“Una mujer que ha dado positivo el examen de VIH tiene tanto derecho como cualquier otra mujer a decidir que es lo mejor para su salud y su vida, además de ser tratada con respeto y dignidad”, afirma la directora del Centro de Derechos Reproductivos, Lilian Sepúlveda.
En este sentido, agrega que “Chile puede estar haciendo grandes avances en la esfera económica, pero este informe revela que el desarrollo económico y el respeto de los derechos de las mujeres no necesariamente van de la mano”.
En la misma línea, la presidenta de Vivo Positivo y coordinadora del informe, Sara Araya, advirtió la necesidad de ofrecer mayor atención a los derechos de las mujeres, especialmente a los derechos sexuales reproductivos.
ANTIGUO PROBLEMA
Ya en 2004, un estudio definió la esterilización coercitiva de mujeres portadoras de VIH como un problema sistémico en el país.
El reporte 2009-2010 establece que el 56% de las mujeres que participaron en el estudio relataron haber sido presionadas por profesionales de la salud para evitar el embarazo.
Asimismo, el 50% de las mujeres que fueron sometidas a esterilización fue bajo presión o por la fuerza.
Además, las mujeres que viven con VIH/Sida y que acuden a los servicios de salud reproductiva frecuentemente se les niega la atención, se les da información incompleta y se les viola su derecho a mantener la confidencialidad de su historia clínica cuando el personal médico revela inadvertidamente su condición seropositiva a miembros de la familia o a otros pacientes.
“Las experiencias de las mujeres que entrevistamos indican que la práctica de esterilizaciones presionada y forzada, así como otros tratos discriminatorios en el sector de las salud, persisten”, señala el estudio.
En este contexto, Araya sentencia que se ha experimentado “un retroceso” respecto del tratamiento de las mujeres portadoras del virus VIH/Sida, asunto que es urgente revertir, adoptando políticas públicas y programas de perfeccionamiento y concientización.
“Estamos dispuestas a sentarnos con el Gobierno para elaborar políticas públicas para el sector”, expresó.
El reporte insta al Estado Chileno a desarrollar estrategias efectivas para que se implementen la legislación vigente y los compromisos internacionales sobre derechos de las mujeres, y garantice que los proveedores de la salud estén adecuadamente capacitados en transmisión del VIH/Sida, mejores prácticas y derechos de las pacientes.
El reporte establece que el 56% de las mujeres que participaron en el estudio fueron presionadas por profesionales de la salud para evitar el embarazo.
Francisca (nombre ficticio) tenía 20 años cuando en Curicó un médico la esterilizó sin su consentimiento durante un parto por cesárea en 2002.
“Me enteré al despertar de la anestesia unas horas más tarde (...). Estaba en la sala de recuperación en el Hospital de Curicó, cuando (la enfermera) entró y, después de preguntarme cómo me sentía, me dijo que no podría tener más niños”, cuenta Francisca, que tiene VIH y había tomado todas las medidas necesarias para reducir el riesgo de transmisión vertical a su hijo. Luego agrega “me trataron como si fuera menos que una persona. No fue mi decisión poner fin a mi fertilidad; me la quitaron”
El caso de Francisca no es aislado. El estudio “Dignidad Negada”, realizado entre 2009 y 2010 en la Región Metropolitana, presenta la situación de violaciones de derechos humanos que las mujeres chilenas, portadoras del VIH/ Sida, enfrentan en los establecimientos públicos de salud.
RESPETO Y DIGNIDAD
De hecho, la investigación -presentada por Vivo Positivo y el Centro de Derechos Reproductivos- revela desde la falta respeto de la confidencialidad de la paciente hasta los atrasos en la atención médica y la esterilización forzada, temas no menores si se considera que -actualmente- cerca de 3.200 mujeres viven con el virus del sida en Chile.
Según el reporte, el Estado de Chile ha fallado en proteger los derechos humanos de las mujeres que viven con VIH/Sida en el país, creando un ambiente propicio para que los trabajadores de la salud las discriminen intencionalmente.
“Una mujer que ha dado positivo el examen de VIH tiene tanto derecho como cualquier otra mujer a decidir que es lo mejor para su salud y su vida, además de ser tratada con respeto y dignidad”, afirma la directora del Centro de Derechos Reproductivos, Lilian Sepúlveda.
En este sentido, agrega que “Chile puede estar haciendo grandes avances en la esfera económica, pero este informe revela que el desarrollo económico y el respeto de los derechos de las mujeres no necesariamente van de la mano”.
En la misma línea, la presidenta de Vivo Positivo y coordinadora del informe, Sara Araya, advirtió la necesidad de ofrecer mayor atención a los derechos de las mujeres, especialmente a los derechos sexuales reproductivos.
ANTIGUO PROBLEMA
Ya en 2004, un estudio definió la esterilización coercitiva de mujeres portadoras de VIH como un problema sistémico en el país.
El reporte 2009-2010 establece que el 56% de las mujeres que participaron en el estudio relataron haber sido presionadas por profesionales de la salud para evitar el embarazo.
Asimismo, el 50% de las mujeres que fueron sometidas a esterilización fue bajo presión o por la fuerza.
Además, las mujeres que viven con VIH/Sida y que acuden a los servicios de salud reproductiva frecuentemente se les niega la atención, se les da información incompleta y se les viola su derecho a mantener la confidencialidad de su historia clínica cuando el personal médico revela inadvertidamente su condición seropositiva a miembros de la familia o a otros pacientes.
“Las experiencias de las mujeres que entrevistamos indican que la práctica de esterilizaciones presionada y forzada, así como otros tratos discriminatorios en el sector de las salud, persisten”, señala el estudio.
En este contexto, Araya sentencia que se ha experimentado “un retroceso” respecto del tratamiento de las mujeres portadoras del virus VIH/Sida, asunto que es urgente revertir, adoptando políticas públicas y programas de perfeccionamiento y concientización.
“Estamos dispuestas a sentarnos con el Gobierno para elaborar políticas públicas para el sector”, expresó.
El reporte insta al Estado Chileno a desarrollar estrategias efectivas para que se implementen la legislación vigente y los compromisos internacionales sobre derechos de las mujeres, y garantice que los proveedores de la salud estén adecuadamente capacitados en transmisión del VIH/Sida, mejores prácticas y derechos de las pacientes.
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