Fuente: lavanguardia.com
Una higiene apropiada es la principal barrera y la mejor prevención
de infecciones y ese es, precisamente, el tema que falla en Alemania, especialmente en sus hospitales. Cada año se producen 30.000 muertes por infecciones contraídas en hospitales, dispensarios y centros de rehabilitación alemanes. La mala higiene de la sanidad alemana
es tan manifiesta que en algunos países vecinos, como Holanda, no es
raro poner sistematicamente en cuarentena a los pacientes que llegan de
centros alemanes.
Eso fue práctica común el pasado verano, después de que once bebés ingresados en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Maiz resultaran contaminados con bacterias intestinales a través de la alimentación. Tres de ellos murieron. Algo tan elemental como que el médico se lave las manos antes y después de tratar a un paciente presenta problemas en Alemania, donde el gobierno estima entre 400.000 y 600.000 las infecciones hospitalarias registradas anualmente en el país.
El gobierno estimaba hasta ahora entre 7.000 y 15.000 las víctimas mortales ocasionadas por ese problema anualmente, pero el dato fue corregido hasta 30.000 después de que la Sociedad Alemana para la higiene hospitalaria (DGKH) presentara un informe al Bundestag el pasado mayo. "Sospechamos que casi un 5% de los pacientes que pasan por hospitales adquieren infecciones", dice Klaus-Dieter Zastrow, portavoz de la mencionada sociedad.
En 2008 ya se lanzó en Alemania una campaña nacional para que los profesionales del sector se lavaran las manos antes y después de atender a un paciente, la llamada "acción manos limpias". Ahora se vuelve a hablar de lanzar una nueva campaña.
El tema de las infecciones hospitalarias trasciende a la situación alemana. En la UE más de cuatro millones de pacientes las adquieren anualmente, según datos del Centro Europeo para prevención y Control de Enfermedades. Entre el 30% y el 40% de esas infecciones serían evitables con una higiene apropiada. En Alemania el tema se complica con la cultura de endiosamiento que rodea a la clase médica. Muchos pacientes se quejan de las dificultades existentes para perseguir la negligencia médica. "Me gustaría que tuviéramos una ley sobre derechos del paciente en la que éste fuera considerado más como socio del sistema sanitario, necesitamos una nueva cultura en materia de errores médicos", dice el socialcristiano Wolfgang Zöller, comisionado para los derechos de los pacientes del Bundestag.
Enfrentados a una complicada emergencia hacia la que parecen mal preparados, los hospitales del norte de Alemania han vivido estos días escenas tan dramáticas como las narradas por Nicoletta Pabst, paciente del Hospital Clinico de Eppendorf en Hamburgo. "Todos teníamos diarrea pero solo había un retrete común para hombres y mujeres, había un desorden completo, creo que si no hubiera estado enferma con la bacteria E.coli, probablemente la habría adquirido allí". Tras haber esperado tres horas para ser atendida, la mujer de 41 años fue enviada a casa porque sus parámetros no indicaban insuficiencia renal. Al día siguiente tuvo que ser llevada en ambulancia a otro hospital donde ha estado ingresada una semana, explicó Pabst a la agencia AP.
Berlín Corresponsal
Eso fue práctica común el pasado verano, después de que once bebés ingresados en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Maiz resultaran contaminados con bacterias intestinales a través de la alimentación. Tres de ellos murieron. Algo tan elemental como que el médico se lave las manos antes y después de tratar a un paciente presenta problemas en Alemania, donde el gobierno estima entre 400.000 y 600.000 las infecciones hospitalarias registradas anualmente en el país.
El gobierno estimaba hasta ahora entre 7.000 y 15.000 las víctimas mortales ocasionadas por ese problema anualmente, pero el dato fue corregido hasta 30.000 después de que la Sociedad Alemana para la higiene hospitalaria (DGKH) presentara un informe al Bundestag el pasado mayo. "Sospechamos que casi un 5% de los pacientes que pasan por hospitales adquieren infecciones", dice Klaus-Dieter Zastrow, portavoz de la mencionada sociedad.
En 2008 ya se lanzó en Alemania una campaña nacional para que los profesionales del sector se lavaran las manos antes y después de atender a un paciente, la llamada "acción manos limpias". Ahora se vuelve a hablar de lanzar una nueva campaña.
El tema de las infecciones hospitalarias trasciende a la situación alemana. En la UE más de cuatro millones de pacientes las adquieren anualmente, según datos del Centro Europeo para prevención y Control de Enfermedades. Entre el 30% y el 40% de esas infecciones serían evitables con una higiene apropiada. En Alemania el tema se complica con la cultura de endiosamiento que rodea a la clase médica. Muchos pacientes se quejan de las dificultades existentes para perseguir la negligencia médica. "Me gustaría que tuviéramos una ley sobre derechos del paciente en la que éste fuera considerado más como socio del sistema sanitario, necesitamos una nueva cultura en materia de errores médicos", dice el socialcristiano Wolfgang Zöller, comisionado para los derechos de los pacientes del Bundestag.
Enfrentados a una complicada emergencia hacia la que parecen mal preparados, los hospitales del norte de Alemania han vivido estos días escenas tan dramáticas como las narradas por Nicoletta Pabst, paciente del Hospital Clinico de Eppendorf en Hamburgo. "Todos teníamos diarrea pero solo había un retrete común para hombres y mujeres, había un desorden completo, creo que si no hubiera estado enferma con la bacteria E.coli, probablemente la habría adquirido allí". Tras haber esperado tres horas para ser atendida, la mujer de 41 años fue enviada a casa porque sus parámetros no indicaban insuficiencia renal. Al día siguiente tuvo que ser llevada en ambulancia a otro hospital donde ha estado ingresada una semana, explicó Pabst a la agencia AP.
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