martes, 5 de julio de 2011

LAS INFECCIONES HOSPITALARIAS AFECTAN A 1 DE CADA 10 INTERNADOS

Fabiola Czubaj
LA NACION
Las infecciones hospitalarias son uno de los principales temores durante las internaciones. Sobre todo, como revela el primer estudio sistemático local, cuando se utilizan respiradores o catéteres urinarios e intravasculares, o bien cuando la internación es en terapia intensiva.
Según los registros de 35 hospitales de agudos de 9 provincias, uno de cada diez pacientes hospitalizados desarrolla una infección causada por alguno de los microorganismos que habitan en las manos, las superficies de la habitación o los dispositivos de asistencia, y que son capaces de agravar el estado de salud rápidamente. Y lo hacen con otra enfermedad, principalmente la neumonía, seguida de las infecciones urinarias, del sitio quirúrgico, la sangre o los tejidos blandos.


"Cada hospital debe tener un programa para medir los riesgos y las infecciones nosocomiales, y actuar para prevenirlas -dijo el doctor Ricardo Durlach, infectólogo y autor principal del estudio-. Somos un país débil en este problema, aunque contamos con un programa nacional de control de infecciones y hay grupos que se esfuerzan. Pero es evidente que aún tenemos que trabajar mucho más."
El equipo dirigido por Durlach, que preside el Instituto Técnico de Acreditación de Establecimiento de Salud (Itaes), analizó información de 4249 pacientes internados. El 11,3% desarrolló una infección por una bacteria adquirida en el hospital, que le provocó complicaciones ajenas a la causa original de la internación. Al concentrarse en los 1229 pacientes que habían pasado por el quirófano, por ejemplo, el equipo comprobó que el 10,2% había desarrollado una infección en el sitio de la cirugía.
"En la Argentina, las tres infecciones hospitalarias más comunes triplican las cifras de la Encuesta 2006 de Prevalencia de Infecciones Nosocomiales en Cuatro Países", que se toma como parámetro con una prevalencia del 7,6%, según el equipo integrado también por expertos del Centro de Vigilancia de Infecciones Asociadas con la Atención de la Salud de Irlanda del Norte, del Grupo de Investigación Interdisciplinaria en Epidemiología Crítica de la Universidad de Cardiff y de los departamentos de Servicios Sociales y de Salud Pública y de Control y Prevención de las Infecciones del Reino Unido.
"Es posible que no podamos evitarlas en un 100%, pero lo importante es convencerse de que tratemos de implementar las mejores prácticas disponibles para reducir su incidencia", señaló a LA NACION el doctor Jonathan Edwards, uno de los responsables de la Red Nacional de Seguridad en el Cuidado de la Salud de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos.
Junto con la doctora Teresa Horan, dirigen el programa en ese país que establece cómo se controlan y evalúan las infecciones nosocomiales. Es, también, el modelo a partir del cual otros países desarrollan programas locales. Durante una jornada en el Hospital Alemán sobre bioestadística aplicada al control de estas infecciones, ambos asistieron a la presentación preliminar de estos resultados enviados para su publicación en el Journal of Hospital Infection .
Sin duda, el grupo más vulnerable fue el de los mayores de 85 años; aunque al analizar las preferencias de la superbacteria Sthaphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), que en los últimos cinco años salió de los hospitales para circular también en la comunidad, los mayores de 35 años y las unidades de terapia intensiva fueron los más afectados.
El SARM causó el 10% de las infecciones nosocomiales registradas, y las principales puertas de acceso al organismo fueron el lugar de la cirugía, y el uso de catéteres intravenosos y respiradores en las unidades de terapia intensiva como en algunas especialidades quirúrgicas.
"El desafío es tomar todas las medidas para evitar que adquieran una infección. Es difícil imponer una tasa de cero casos porque quedarían pacientes sin aceptar en los centros de salud", explicó Durlach, director médico del Alemán, tras su presentación en el curso organizado por la Sociedad Argentina de Infectología y el Instituto Nacional de Epidemiología, con el aval del Ministerio de Salud.
Entre los principales factores de riesgo que debe tener en cuenta el equipo de salud para prevenir estas infecciones, según el estudio, están los procedimientos realizados con instrumentos y el uso de la nutrición parenteral, los catéteres intravasculares y los respiradores mecánicos.
"Existen guías que determinan cómo actuar para prevenir las infecciones en los pacientes a operar, con ventilación mecánica o que necesitan catéteres", recordó la doctora Horan. Eso incluye desde el lavado de manos antes y después de atender a un paciente, hasta el uso correcto de los antibióticos, la higiene del ambiente y la desinfección de los equipos de asistencia.
29,2%
Son las infecciones en terapia intensiva
Les siguen las registradas en las salas de neurocirugía y las operaciones de traumatología y ortopedia.
22%
Es la prevalencia de casos de neumonía
Este cuadro se presenta como una complicación asociada con el uso del respirador.19,2%

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