Fuente: Noticias Congreso Nacional
La diputada del Pro respondió a las críticas que aseguran que el dictamen de mayoría no contempla los casos de parejas homosexuales. “El único condicionamiento explícito, más allá de que la persona padezca infertilidad, es la mayoría de edad”, afirmó la legisladora.
La semana pasada, NCN publicó un informe sobre el primer año de vigencia del matrimonio entre personas del mismo sexo. Allí, la diputada de la CC Marcela Rodríguez sostuvo que la ley de fecundación asistida “implicaría una marcha atrás en relación a la ley de matrimonio igualitario, porque si la ley garantiza igualdad de derechos para formar una familia, el dictamen mayoritario lo concibe solo en términos de enfermedad”.
“Obviamente deja afuera a mucha gente, no sólo de la comunidad LGBT, sino también a los casos de parejas heterosexuales que, por algún bloqueo psicológico o problemas que no son infertilidad, tienen problemas para quedar embarazadas”, agrega Rodríguez en dialogo con NCN.
Frente a esto, Silvia Majdalani, principal impulsora del proyecto que tiene un dictamen de mayoría y aún debe pasar por dos comisiones, defendió el texto con el argumento de que “es prioritario que se reconozca a la infertilidad como una enfermedad para que todo aquel que la padezca pueda acceder al derecho de formar una familia”.
En un comunicado que hizo llegar a NCN, Majdalani explicitó las razones por las que pide un rápido tratamiento al proyecto:
“Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud –OMS-, entre un 10 y un 15 por ciento de la población padece de infertilidad, es decir, una de cada seis personas no puede construir una familia. Esto, desde mi punto de vista, corresponde a una problemática social. Y es por eso que trabajo desde hace casi dos años en un proyecto de fertilización asistida que sea inclusivo, que acerque soluciones, que le preste atención a los problemas que afectan a nuestra sociedad.
El primer objetivo del proyecto de fertilización asistida es amparar a las parejas que no pueden concebir biológicamente ni tienen los recursos económicos para costear un tratamiento. Es por eso que se incluye a la infertilidad en el Programa Médico Obligatorio –PMO-, para que sea reconocida de una vez por todas como una enfermedad y, a su vez, se garantice su cobertura gratuita. Hay miles de personas, algunas representadas en organizaciones no gubernamentales, que vienen luchando desde hace más de veinte años por esta causa, y es mi deber, como Diputada de la Nación, darles una respuesta.
El concepto de equidad no es arbitrario. Corresponde a la igualdad de oportunidades. No puede ser que construir una familia dependa del poder adquisitivo. Este proyecto ataca a la desigualdad desde este punto de vista.
El proyecto no especifica géneros, sino parejas que quieran formar una familia. Si una de las dos personas que componen la pareja tiene problemas de infertilidad, es apta para realizar el tratamiento gratuito. Jamás especifiqué, lo que consideraría discriminatorio y hasta delictivo, las orientaciones sexuales de las “personas beneficiarias de las técnicas de reproducción humana asistida” –el entrecomillado es copia textual del dictamen mayoritario de la comisión de Familia, Niñez y Adolescencia-. El único condicionamiento explícito, más allá de que padezca infertilidad, es la mayoría de edad.
Tengo la certeza, después de debatir con todos los actores involucrados en la materia, que el dictamen de Fertilización Asistida Nacional es correcto, ya que fue consensuado con todos los bloques en las comisiones de Salud y Familia, y en ambas oportunidades con mayoría.
Espero que, eventualmente, se pueda incluir a la gente que no puede concebir por razones de hecho, como es el caso de las parejas del mismo sexo, o por patologías psicológicas, tal como señala la diputada Rodríguez. Pero de momento es prioritario que se reconozca a la infertilidad como una enfermedad para que todo aquel que la padezca pueda acceder al derecho de formar una familia.
Por ello, me parece fundamental y necesario que el dictamen de mayoría sea tratado de forma urgente en la comisión de Legislación General, para darle un rápido giro a la comisión de Presupuesto y así poder debatirlo este año en el recinto. No olvidemos que de no ser tratado este año, el proyecto de Fertilización Asistida perderá estado parlamentario y deberá volver a todas las comisiones por las que ya pasó. Se hizo un trabajo minucioso, sería una verdadera lástima que una buena proporción de los argentinos deban postergar sus proyectos más íntimos por cuestiones exclusivamente burocráticas.
Hay miles de parejas que ansían convertirse en una familia. Hay miles de personas que, por culpa de una enfermedad, no pueden tener hijos. Hay una problemática social que debe ser atendida. Y, como escribí anteriormente, es mi deber moral y formal brindarles una solución. Ojalá que el proyecto de Fertilización Asistida, de ser aprobado, pueda ayudarlos a cumplir con sus anhelos”.
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