Fuente: La Nación on line
MIAMI (De un enviado especial).- Al describir en 1906 el primer caso de la enfermedad que hoy lleva su nombre, Alois Alzheimer señaló la presencia de depósitos anormales de una proteína llamada beta amiloide en el cerebro de su paciente Auguste D. Si esos depósitos son causa o efecto de esta enfermedad neurodegenerativa es aún materia de discusión, pero lo cierto es que hoy son el blanco de tratamientos experimentales que buscan dar con algo que sea capaz de frenar el avance del Alzheimer.
Uno de estos tratamientos es una vacuna que busca dirigir las defensas del organismo del paciente contra estos depósitos llamados placas amiloides o placas seniles. "Lo que hace la vacuna es administrar un pequeño fragmento de la proteína que se deposita en las placas, para que el cuerpo lo reconozca como extraño y desarrolle anticuerpos contra esta proteína", dijo a LA NACION la doctora Anabella Villalobos, jefa de Neurociencia Química Medicinal del laboratorio Pfizer, que desarrolló la vacuna.
Actualmente en fase II de investigación clínica (le resta por lo menos un año para concluirla y, si todo sale bien, pasar a fase III, la previa a su pedido de aprobación), la vacuna está siendo evaluada para determinar "cómo es tolerada por el organismo, cuáles son sus efectos secundarios y cuál es su capacidad para generar anticuerpos contra las placas", precisó Villalobos, en el encuentro 2010 Latin America Media Summit, que se realizó esta semana en Miami.
Más avanzado que la vacuna se encuentra otro medicamento que también apunta a movilizar las defensas del organismo en contra de las placas amiloides. Se trata del bapineuzumab, un anticuerpo monoclonal que se encuentra en fase III de investigación clínica, cuyos resultados habrán de conocerse entre fines de 2011 y principios de 2012.
"Este anticuerpo reconoce la proteína que se deposita en las placas y la secuestra, causando además una respuesta inflamatoria que ayuda a limpiarla -dijo Villalobos-. Los estudios de imágenes con que se sigue a los pacientes muestran una reducción de las placas, pero la pregunta que resta responder es si eso se traducirá en los tests cognitivos que evalúan el deterioro de los pacientes."
Sebastián A. Ríos
No hay comentarios:
Publicar un comentario