Fuente: Diariomedico.com
El trasplante autólogo de células madre mesenquimales se postula como una alternativa terapéutica para los pacientes con esclerosis múltiple remitente recidivante que presenten brotes y que no respondan de manera adecuada al tratamiento de primera línea, según ha comentado Pablo Villoslada, jefe del grupo de Neuroinmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps).
El Hospital Clínico de Barcelona-Idibaps ha puesto en marcha un ensayo clínico en fase II aleatorizado, enmascarado y cruzado con placebo, que pretende evaluar la seguridad y tolerancia de esta terapia celular y evaluar su eficacia por medio de parámetros clínicos, de resonancia magnética, tomografía óptica de coherencia, estudios inmunológicos y escalas de calidad de vida.
Durante su vista a Barcelona, Uccelli ha explicado a Diario Médico que en los estudios experimentales se ha podido demostrar que la administración intravenosa de células madre mesenquimales es capaz de modular la inmunorrespuesta patogénica al inhibir la reacción de los antígenos de la mielina de las células T y B. Era la primera vez que se demostraba que estas células eran capaces de bloquear la autoinmunidad in vivo.
Este grupo de investigación italiano fue el primero en demostrar que al cultivar células madre mesenquimales para inyectarlas en un modelo animal de encefalomielitis autoinmune experimental (EAE) se podía mejorar de manera significativa el curso clínico de esta patología. "Esto fue principalmente debido a la capacidad de estas células de cambiar la inmunorrespuesta patogénica de los ratones".
Los investigadores descubrieron que las células madre mesenquimales eran capaces de llegar al sistema nervioso central y podían conferir neuroprotección al liberar factores que promueven la supervivencia de las neuronas.
"Entonces comenzamos a interesarnos por la comprensión de por qué estas células eran capaces de entrar en el sistema nervioso central de los ratones y quedarse, y pensamos que posiblemente se podrían diferenciar y convertirse en neuronas". No obstante, un trabajo publicado en 2007 demostró que no era así: "Vimos que estas células podían entrar en el cerebro en un número muy limitado, pero no observamos ninguna evidencia de transdiferenciación. Ninguna de ellas se convirtió en neurona".
Uno de los hallazgos positivos de esa línea de investigación es que estas células troncales conferían neuroprotección. Después se demostró que podían liberar diversas moléculas con propiedades de tráfico que favorecen la supervivencia de las células en el sistema nervioso central y otras con poderosas funciones antiinflamatorias y antiapoptósicas.
El trasplante autólogo de células madre mesenquimales se postula como una alternativa terapéutica para los pacientes con esclerosis múltiple remitente recidivante que presenten brotes y que no respondan de manera adecuada al tratamiento de primera línea, según ha comentado Pablo Villoslada, jefe del grupo de Neuroinmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps).
El Hospital Clínico de Barcelona-Idibaps ha puesto en marcha un ensayo clínico en fase II aleatorizado, enmascarado y cruzado con placebo, que pretende evaluar la seguridad y tolerancia de esta terapia celular y evaluar su eficacia por medio de parámetros clínicos, de resonancia magnética, tomografía óptica de coherencia, estudios inmunológicos y escalas de calidad de vida.
- Las células madre mesenquimales se han mostrado eficaces para mejorar de manera significativa el curso de la enfermedad en modelos animales
Durante su vista a Barcelona, Uccelli ha explicado a Diario Médico que en los estudios experimentales se ha podido demostrar que la administración intravenosa de células madre mesenquimales es capaz de modular la inmunorrespuesta patogénica al inhibir la reacción de los antígenos de la mielina de las células T y B. Era la primera vez que se demostraba que estas células eran capaces de bloquear la autoinmunidad in vivo.
Este grupo de investigación italiano fue el primero en demostrar que al cultivar células madre mesenquimales para inyectarlas en un modelo animal de encefalomielitis autoinmune experimental (EAE) se podía mejorar de manera significativa el curso clínico de esta patología. "Esto fue principalmente debido a la capacidad de estas células de cambiar la inmunorrespuesta patogénica de los ratones".
Los investigadores descubrieron que las células madre mesenquimales eran capaces de llegar al sistema nervioso central y podían conferir neuroprotección al liberar factores que promueven la supervivencia de las neuronas.
"Entonces comenzamos a interesarnos por la comprensión de por qué estas células eran capaces de entrar en el sistema nervioso central de los ratones y quedarse, y pensamos que posiblemente se podrían diferenciar y convertirse en neuronas". No obstante, un trabajo publicado en 2007 demostró que no era así: "Vimos que estas células podían entrar en el cerebro en un número muy limitado, pero no observamos ninguna evidencia de transdiferenciación. Ninguna de ellas se convirtió en neurona".
Uno de los hallazgos positivos de esa línea de investigación es que estas células troncales conferían neuroprotección. Después se demostró que podían liberar diversas moléculas con propiedades de tráfico que favorecen la supervivencia de las células en el sistema nervioso central y otras con poderosas funciones antiinflamatorias y antiapoptósicas.
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